La selección brasileña, pentacampeona mundial y mejor equipo del momento, según el ranquin FIFA, vivirá hoy su primera reválida en el Mundial de Sudáfrica con el duelo de octavos de final frente a Chile, que, guiada por la asfixiante pizarra de Marcelo Bielsa, ya ha demostrado que no es una mera comparsa en el torneo.
Cada vez que llega un Mundial, todo aficionado del fútbol vuelve sus miradas hacia Brasil, que se está mostrando muy sólida en Sudáfrica. Más alejado del 'jogo bonito' que en otras ocasiones, el equipo sudamericano se mostró en la primera fase como un equipo rocoso, más pendiente del resultado que del espectáculo, bien armado para retornar al trono planetario.
A partir de un potente doble pivote formado por Gilberto Silva y Felipe Melo, que será duda por lesión, Dunga ha construido un equipo muy competitivo que empieza en la seguridad de Julio César y concluye con el afilado colmillo de Luis Fabiano.
Las abrumadoras cabalgadas de Maicon, la solvencia de Lucio y Juan o la fantasía de Robinho son armas de diferente naturaleza, pero todas puestas al servicio del equipo.
Pese a su aura de favorita, Brasil no lo tendrá fácil frente al equipo chileno, teledirigido con maestría por la hiperactividad táctica de Marcelo Bielsa. El 'Loco' ya demostró ante España, que pasó muchos apuros para vencer en el último partido de la primera fase, que conoce la fórmula para frenar las virtudes del rival.
La asfixiante presión de Chile sirvió para superar a Suiza y Honduras antes de darle un buen susto al equipo de Vicente del Bosque. La entrega de los chilenos roza la legalidad y no extraña que el equipo sudamericano sea el más tarjeteado del Mundial con diez cartulinas amarillas.