Alemania acudió al partido de los octavos con todos sus pergaminos, con toda su historia y con su receta atacante más reciente, Klose y Podolski. Ambos delanteros demostraron que tienen estirpe de mundialistas, anotaron los dos primeros goles y ablandaron a una Inglaterra que tuvo dos defensas centrales que dieron vergüenza. Terry y Upson. Aunque también contó con un portero, James, muy vulnerable.
La justicia tarda, pero llega. En este caso, demoró 44 años, y los ingleses pagaron a los alemanes aquel gol de la final de Wembley 1966, que nunca entró. El árbitro uruguayo Larrionda estaba en una buena posición, pero otro capricho del Jabulani que pega en el travesaño, pica adentro y sale de forma rara, y no canta lo que pudo ser el gol de Lampard, el empate y una jugada que pudo desviar el curso del partido. Esta jugada se convierte en otra controversia mundial que será recordada en cada cita mundialista, Alemania 4 Inglaterra 1. No sé, no creo que Alemania sea tanto, como diga este marcador. Que sea tan peligrosa. Que esté jugando tan brillante. Creo que este resultado se debe más a los errores y a las fallas de un equipo comandado por un Capello que jamás pudo hacer que su equipo jugara bien. Que devenga un salario de escándalo y que tiene contrato por varios años más. ¿Cómo los federados ingleses alargan un contrato sin saber que va a pasar en el Mundial?
Inglaterra jugó 4 partidos, ganó uno, empató dos y fue goleado en cuartos para quedar eliminado. Solo anotó 3 goles y se comió 5. Otra gran decepción para la afición de un país que inventó el fútbol y que ama con delirio este deporte. En los dos partidos en que Alemania anotó 4 goles, recibió mucha ayuda de sus contrarios, ya sea de Australia o de Inglaterra. Inglaterra, otra vez, falla en las citas mundialistas. Alemania sigue y espera en cuartos. Los alemanes son serios, responsables, no juegan al ridículo como lo han hecho esta vez los ingleses.