Milcíades A. Ortiz Jr.
El chiquillo de doce años estaba contento. Sus ahorros aumentaban cada día. Todas las propinas que conseguía empacando mercancía en un supermercado, iban a la alcancía.
Calculaba que en pocas semanas tendría la suma necesaria para comprar el costoso juguete que lo entusiasmaba.
Su jefe en el súper estaba satisfecho con el trabajo del chiquillo y se lo decía a su madre.
Pero de la noche a la mañana todo cambió. Según nuestras leyes no debían trabajar niños de esa edad.
No le gustó al muchacho que lo "despidieran" del empleo. Ya no podría ahorrar dinero para comprar su juguete.
Entonces ¿qué hacer con el tiempo libre? ¿Se puso a estudiar o ayudar a la madre en la limpieza de la casa? ¡No!
Le dio por jugar video. Se convirtió en un adicto a esos juegos. Pasaba horas como hipnotizado. Le pedía plata a su madre a cada rato.
En este y otros casos, la ley de protección del trabajo infantil en Panamá no fue positiva.
No sé porqué tanta bulla por esa realidad que tiene por lo menos cien años.
He conocido hijos de empresarios que desde pequeños limpiaban pisos y ayudaban en el negocio. De adulto, no mostraron ningún trauma por "haber perdido la niñez". Fueron ciudadanos de bien...
Aquí, se quiere convertir en vergüenza el que los niños trabajen ayudando a sus padres, lo que no hay en otros países.
Allá existe una "cultura del trabajo". Muchos padres creen que sus hijos deben conocer esta realidad desde pequeños.
Hay casos y casos. He entrevistado a madres que prefieren que sus hijos las ayuden a "descabezar" camarones, a que anden por allí aprendiendo malas cosas.
También algunos campesinos me dijeron que cuando el chiquillo los acompañaba al campo, aprendía a trabajar y le daba valor a lo que hacía su padre.
Que yo sepa, no sufrieron ningún trauma...
¿Y qué decir de aquellos padres ricos, que en Estados Unidos ponen a sus hijos a vender periódicos (canillitas), para que vayan aprendiendo el valor del trabajo honrado?
No soy cínico. Pero es preferible que niños trabajen a que anden fumando hierba, crack, o teniendo relaciones sexuales precoces.
Claro que esos noventa mil niños que trabajan en Panamá deben tener su infancia. No creo que trabajar en algo adecuado a su edad los afecte mucho...