Tratar una serpiente no es cosa fácil y mantenerla, implica un poco de dinero, sin embargo esto no es impedimento para el biólogo Mario Urriola y su familia, quienes cuentan con un serpentario, que básicamente busca la conservación de las culebras y la educación para que la población diferencie entre una venenosa y no venenosa.
El serpentario cuenta con serpientes venenosas y no venenosas, la X que es venenosa, "en estos últimos meses hemos recogido muchas de estas serpientes venenosas de más de un metro y medio, también está la Patoca, la víbora de pestaña y mantuvimos una verrugosa por un tiempo, pero la soltamos lejos de la comunidad, porque estos son animales difíciles de mantener en cautiverio".