Ricauter Villarreal es uno de los tantos héroes anónimos que han dibujado la historia de nuestra cultura. Por varias décadas, este estudioso de la percusión panameña nacido en El Valle de Tonosí, ha preparado a cientos de niños en el arte de "tocar tambores" de manera didáctica, para lo que incluso ha desarrollado métodos científicos.
Pero todo buen trabajo tiene su recompensa, pues este miembro de Los Juglares de la Universidad de Panamá recibirá mañana una de sus mayores alegrías: será partícipe del Primer Concurso de tambores para estudiantes de primaria y secundaria a nivel nacional, que llevará su nombre.
Esta iniciativa, que abraza el Ministerio de Educación, tiene la finalidad, según Villarreal, de fomentar el toque de tambor de manera oficial en nuestros centros de enseñanza, actividad poco desarrollada de manera didáctica hasta ahora.
"Con los concursos de la Voz y el Canto Manuel F. Zárate, a nivel nacional, se destaca el talento vocal, más no el talento de los que interpretan el tambor", dijo Villarreal. De allí nació la idea del concurso que reunirá representantes de las 12 regiones educativa del país tanto a nivel infantil como juvenil.
En total serán 24 participantes que interpretarán las variadas modalidades de toque de tambor que se dan de un extremo a otro del país. El concurso además de ofrecer un espacio para que niños y jóvenes talentosos brillen por su destreza, servirá para dar a conocer y promover las diversas modalidades con las que son interpretados nuestros tambores, de los que la modalidad santeña ha sido la más divulgada.
Tambores de Darién, tambores chorreranos, tambores coclesanos, en fin de todos lados.
Vale la pena destacar que Villarreal ha tenido grandes logros con su trabajo como instructor, tal vez su victoria ha sido que los niños panameños sean insertados en movimientos musicales como el Jazz, donde Milagros Blades, su más reconocida discípula, haya viajado junto a su maestro en varias ocasiones a festivales internacionales de este género, gracias al tambor panameño.
Pero una iniciativa como esta va más allá de la mera competencia, de seguro este espacio dará la oportunidad para que el talento desconocido en materia de percusión se dé a conocer y quién sabe forme parte de la creciente demanda de nuevos ritmos que se acoplan a la música panameña en todos sus géneros.