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Al establecer una convivencia de pareja se hace necesario aunar esfuerzos para realizar una buena planificación y distribución de los recursos económicos disponibles por ambas partes. Esta previsión se extiende tanto a los gastos comunes como a los individuales. Lo cierto es que una buena planificación ayudará no sólo a maximizar los recursos sino, además, a evitar sorpresas en la cuenta corriente y, en algunos casos, discusiones inútiles de pareja.
En este sentido, vale la pena dedicar un poco de tiempo a elaborar un plan en el que se tengan en cuenta los ingresos de las dos personas que van a vivir en el nuevo hogar. Por esta razón, es importante llevar una buena organización de ingresos y gastos. Más adelante, se propondrá un sencillo esquema de administración doméstica que puede seguirse tal como se presenta o efectuar sobre él las modificaciones necesarias para que se adapte de un modo más cercano a las necesidades de cada consumidor. Pero, antes, vamos a ofrecer algunos consejos generales:
Es recomendable ahorrar, al menos, el 10% del ingreso total. Como mucho, se debe aplicar el 5% del presupuesto a seguros (de casa, automóviles, vida, gastos médicos). Para el mantenimiento de la casa, electricidad, agua, teléfono y gas se debe emplear, como máximo, el 10% del total de los ingresos. Un 10% en ropa, vacaciones y diversiones es un buen porcentaje para evitar desequilibrios contables y desagradables sorpresas. Los gastos médicos (sociedades y otros) no deberían superar el 5%. Para educación la cifra también se situaría en torno al 10%. En los gastos relacionados con el automóvil no se debe exceder del 10%. Como máximo, se debe destinar un 20% a rentas o hipotecas de la vivienda. Ese mismo 20% es el que no se debe superar en artículos de higiene casera y personal, así como en alimentos. Si los integrantes de la pareja reciben algún dinero, aparte de su ingreso regular, lo más recomendable es dividirlo en porciones iguales destinándolo al ahorro, a realizar reparaciones de su propiedad y a pagar las deudas. Se debe restringir el uso de las tarjetas de crédito a casos de emergencia o extrema necesidad.
ESQUEMA DE UN PRESUPUESTO
Ingresos. En dicho concepto han de consignarse los sueldos de ambos miembros de la pareja, sus inversiones bancarias, así como los diversos extras que existieran dentro de esta partida. En cuanto a los gastos, estos se dividen en fijos comunes, fijos variables y en los individuales de cada uno de los integrantes de la relación.
Gastos fijos comunes. Dentro de estos han de considerarse, por ejemplo, el pago de la renta o la hipoteca de la casa, la cuota de mantenimiento, la luz, el gas, el teléfono, el agua, los seguros, la despensa-comida, el servicio, la educación de los hijos, los impuestos y un apartado destinado a gastos varios y diversos.
Gastos variables comunes. En estos se encuentran los gastos médicos, la tintorería, el mantenimiento de la casa, de los automóviles, el arreglo de los distintos aparatos electrodomésticos, las vacaciones, los gastos relacionados con las distintas actividades de ocio y de educación (cursos y clases), así como el ahorro. |
