La Embajada de Italia en Irak fue objeto de un ataque de morteros, pero no ha dejado muertos ni heridos italianos y tampoco ha causado daños al personal de la legación diplomática.
En declaraciones a los periodistas, el consejero italiano Fabrizio Nicoletti dijo que creyó haber oído seis explosiones, pero ninguna de ellas se registró dentro del recinto diplomático, sino en las inmediaciones.
Nicoletti recordó que por motivos de seguridad la mayoría del personal de la embajada no trabaja en el edificio, sino en la "zona verde", junto a las autoridades de la coalición provisional.
En la Embajada sólo queda el personal indispensable para llevar a cabo servicios mínimos, así como algunos carabineros italianos que velan por la seguridad del lugar junto a otros colegas iraquíes.
Nicoletti negó que los carabineros hayan intercambiado fuego con atacantes, como algunos aseguraban, pero no desmintió que lo hayan hecho los guardias iraquíes.
Fuentes policiales dijeron por su parte que las explosiones producidas por los morteros dejaron un total de un muerto y cinco heridos, casi todos ellos junto a un restaurante.
La resistencia iraquí dispara con regularidad cohetes, granadas y otros proyectiles contra objetivos de Bagdad.