Juan Pousa es una persona con la que no he tenido mayor intercambio de palabras en mi carrera de periodista.
Ahora, tras la renuncia de Rogelio Orillac, siento que reposa en esta persona [Juan] una gran responsabilidad.
Personalmente no me he llevado (ni bien ni mal) con Pousa, pero en lo personal no interesa, lo primordial es el rescate de la institución.
No sé si Pousa esté dispuesto a aceptar el reto, a mí me parece interesante que lo intente, él es el vicepresidente y cuando el primero se va, al segundo le toca ser el capitán.
Lo mejor que puede hacer este dirigente es tomar el mando, no llamar a elecciones inmediatamente, si es lo que desea, pues la institución demostraría debilidad.
La ANAPROF tiene que ser fuerte, pues nadie es indispensable, y allí hay dirigentes responsables que pueden seguir en el mando de este barco.
Me parece interesante el trabajo de dirigentes como los Chaluja, un Mateo Fábrega, entre otros, que en mi mente guardan credibilidad.
No sé hoy cuál sea el futuro de mi querida ANAPROF, pero le doy aliento a los que quedaron para que demuestren que tienen con qué trabajar y, tranquilos, que la labor apenas empieza.
Aquí el secreto es llevarse bien con los patrocinadores, el INDE, los medios de comunicación e impedir la corrupción.
Orillac me aseguró que las arcas quedan bien y que hay presupuesto para terminar el año, eso me parece responsable del dirigente que se va.
Ya por allí saltará alguna víbora buscando adueñarse de la institución. Cuidado, mucho cuidado, no debemos permitir que esto ocurra.
Por lo demás, yo apoyo a este fútbol y tranquilos, los dirigentes van y vienen, pero los fanáticos, los técnicos, los jugadores y los periodistas tenemos una vida más larga, o por lo menos eso espero en mi caso.
A Pousa le deseo suerte y espero que no le quede la camisa grande... Le damos el voto de confianza, después no sé... veremos si se queda o no, pero debe quedarse...