Fernando Alonso (Mclaren-Mercedes) tuvo un buen comienzo en el Gran Premio de Mónaco, al dominar las dos sesiones de entrenamientos libres, la primera por delante de su compañero, el británico Lewis Hamilton, que terminó accidentado, y la segunda por delante del Ferrari del finlandés Kimi Raikkonen.
La jornada, calurosa -desde primeras horas de la mañana el termómetro había alcanzado ya los 30 grados centígrados-, no deparó sobresalto alguno para Alonso en un circuito propicio para los errores, y el español pudo preparar el coche para la sesión de clasificación del sábado y la carrera del domingo.
Por la mañana el bicampeón mundial tuvo que montar las ruedas blandas para poder superar el tiempo de su compañero Hamilton, que tuvo un pequeño problema mecánico en su coche y no pudo utilizarlos, y por la tarde volvió a imponerse al final con una margen de 275 milésimas de segundo sobre Raikkonen y 356 sobre el líder del campeonto.
Todo parece indicar que para este Gran Premio Fernando Alonso dispone de un coche muy competitivo y que la victoria, que sería la segunda consecutiva es esta legendaria prueba, está al alcance de la mano en circunstancias normales.