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CONSULTORIO MEDICO
Cómo prevenir las caídas

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Por H.R. Hiller

ESTIMADO DR. HILLER: A sus 76 años mi madre todavía es una mujer muy activa físicamente, aunque su vista y su equilibrio no son tan buenos como antes, por lo que parece que siempre está a punto de tropezar. Hace unos 10 años, ella se cayó y se rompió un codo, una pierna y últimamente se ha roto la muñeca. ¿Hay algo que pueda hacer para disminuir el riesgo de caerse de nuevo?

ESTIMADO LECTOR: El riesgo de caerse y de ocasionarse heridas o lesiones graves se incrementa en la vejez. Las caídas pueden producir una ligera discapacidad, temores, disminución de la actividad física y social, depresión e incluso, en ocasiones, una muerte prematura. A menudo se considera que las caídas a esa edad son accidentes inevitables, pero los factores de riesgo pueden ser frecuentemente identificados y modificados en orden a reducir las probabilidades de que se produzcan futuras caídas.

Las caídas, de las que más de la mitad son a consecuencia de tropiezos, son la principal causa de heridas o lesiones en la vejez. Cada año, las caídas propician la muerte de aproximadamente unos 10.000 estadounidenses de la tercera edad, la mayoría de los cuales se rompió una cadera. Las estadísticas indican que una de cada tres personas con 65 o más años que viven en casa - la mitad de los cuales tienen 80 años o más -se caerá al menos una vez este año. El cinco por ciento de tales caídas ocasionará heridas superficiales en la piel, el 1 por ciento fracturas de cadera y de un 3 a un 5 por ciento tendrán como consecuencia fracturas de otros huesos. Los porcentajes de caídas y las consiguientes fracturas son más altos en los hospitales y en las residencias de ancianos. Hay muchos elementos que contribuyen a las caídas, un equilibrio inestable por ejemplo, debilidad muscular, mareos, dificultades de visión, una enfermedad crónica o grave, las medicinas, problemas en los pies, el calzado, dificultades al caminar, problemas de oído, síntomas previos al derrame cerebral, mayor cansancio al caminar y los riesgos del medio en que viven las personas mayores.

Las personas que se hayan caído en repetidas ocasiones y que han estado a punto de hacerlo otra vez deben considerar la posibilidad de acudir a su médico para que éste le aconseje sobre las medidas de carácter preventivo a tomar. El primer paso en ese sentido debe ser evaluar dicho riesgo, por tanto los médicos deben revisar cuidadosamente el historial médico del paciente (incluyendo detalles de pasadas caídas) y hacerles un chequeo a fondo (que incluya un análisis de vista, probar la estabilidad y el equilibrio y un examen de los pies y de la forma de caminar del paciente) para estudiar las condiciones médicas subyacentes y otros factores que puedan aumentar las probabilidades de caerse. El medio físico en que se desenvuelve el paciente debe ser también inspeccionado por el paciente en cuestión, por su familia o por el personal que lo atienda a domicilio o en una residencia para ver qué problemas en cuanto a su seguridad física pueden ocasionar las caídas.

Una vez que se han identificado los factores de riesgo, deben tomarse las medidas oportunas para eliminarlos o al menos reducirlos. Tales remedios pueden ser la fisioterapia, aparatos de apoyo, cambios en la medicación habitual, corregir la vista, un calzado más adecuado, modificaciones en el medio en que se desenvuelve el paciente y tratar, en su caso, una enfermedad irreversible.

La fisioterapia y varios programas de ejercicios pueden ayudar a mejorar el equilibrio, a corregir los problemas al caminar, a fortalecer las piernas, y a la recuperación de las funciones psicomotrices afectadas tras un tropezón o un resbalón. Las ventajas adicionales de dichos ejercicios son una mejora general del estado de salud, de la confianza en la capacidad física, de la salud cardiovascular y un descenso en los niveles de pérdida de masa ósea. Además de estos ejercicios en casa, deben llevarse a cabo sesiones fisioterapéuticas supervisadas por personal especializado, al menos en un primer momento. Algunos programas retienen a los pacientes hasta que éstos llegan a practicar movimientos que llegan al límite de sus capacidades físicas. Por ello es muy importante el reconocimiento de las limitaciones de los pacientes y tomar las medidas adecuadas para su seguridad. Los aparatos de apoyo, tales como un andador y los bastones, disminuyen el riesgo de caerse al caminar. Deben ser vistos como una ayuda a la movilidad, más que como un impedimento. Aunque estos aparatos pueden adquirirlos sin receta médica, a la hora de comprarlos es conveniente contar con las orientaciones de un médico o de un fisioterapeuta puesto que deben ajustarse a las condiciones físicas de cada cual.

Las fracturas de cadera son una de las consecuencias más temidas de una caída. Las mujeres, particularmente las mujeres delgadas de caderas estrechas, son más propensas a ellas. Se encuentran disponibles protectores de caderas para disminuir el riesgo de fractura de cadera si ocurre una caída.

Los efectos secundarios de algunos medicamentos (por ejemplo los sedantes, los antidepresores y la medicación para regular la presión sanguínea) pueden aumentar el riesgo de caerse. Mezclar otro tipo de fármacos o alcohol puede aumentar el problema. Un análisis por parte del doctor de la medicación que toma el paciente, incluyendo la automedicación, puede ayudar a determinar si tal medicación contribuye a la propensión a caerse.

La pérdida de claridad en la visión, de percepción de profundidad y de la capacidad para ver en condiciones de poca luz son problemas muy comunes en la vejez. Las personas mayores no pueden ver fácilmente cualquier obstáculo o barrera física y los problemas de la vista suponen un contratiempo añadido para la estabilidad y el equilibrio. Las personas con tendencia a caerse deben analizarse la vista con frecuencia y asegurarse de que sus casas están correctamente iluminadas.

Un calzado inadecuado aumenta el riesgo de caídas. Las personas mayores deben evitar los tacones altos o finos, las suelas resbaladizas, demasiado holgadas o mullidas en exceso. Hay datos que demuestran que el calzado de gran sujeción del pie mejora el equilibrio, por lo que los pacientes deberían intentar utilizar este tipo de calzado.

Es de suma utilidad eliminar en lo posible los obstáculos y las dificultades en casa, tales como alfombras, los cordones de los enchufes, los objetos fuera de su lugar habitual o cualquier amontonamiento de cosas en el suelo, los muebles de esquinas puntiagudas, y las puertas de dinteles desiguales. También puede incrementarse la seguridad en el hogar instalando agarraderas y alfombrillas para no resbalarse en el suelo de la bañera así como bandas protectoras en las escaleras para evitar caídas, y en general medidas de sentido común como son tener las cosas a mano para no tener que subirse en taburetes o escaleras para alcanzarlas, o evitar situaciones de gran tensión y habituarse a utilizar apoyos para caminar, a usar gafas y a sujetarse en las barandillas.

En algunos casos, enfermedades como la epilepsia, problemas cardiovasculares, enfermedades infecciosas, y problemas en los pies pueden contribuir a la propensión a caerse. Un tratamiento adecuado de las consecuencias de dichas enfermedades puede disminuir el riesgo de caídas así como otras complicaciones.

No todas las caídas pueden ser prevenidas, pero a veces el riesgo puede ser reducido significativamente. Muy a menudo no se toman las medidas adecuadas para prevenir las caídas hasta que el problema desemboca en un tratamiento de emergencia. Si le preocupan las caídas, no espere a que su médico se haga cargo del problema. Tome la iniciativa y acuda a él para que juntos evalúen cuáles son sus factores de riesgo y qué remedios pueden conjurarlos en la medida de lo posible.

 

 

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Un calzado inadecuado aumenta el riesgo de caídas. Las personas mayores deben evitar los tacones altos o finos, las suelas resbaladizas, demasiado holgadas o mullidas en exceso. Hay datos que demuestran que el calzado de gran sujeción del pie mejora el equilibrio, por lo que los pacientes deberían intentar utilizar este tipo de calzado.

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