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EJEMPLO: MADRE DE CINCO HIJOS
Huye de la violencia en busca de paz para sus hijos
Cansada de la dieta de golpes a la que su ex esposo la tení­a sometida, Marta Pinto ha elegido el valiente camino de salir adelante como madre padre.

Evelyn Laure | Crítica en Línea

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Madre corajuda y sus hijos. (Foto: Hermes González / EPASA)

"A la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa". Este conocido refrán, no fue aplicado por el señor Félix Rodrí­guez a su ex pareja Marta Pinto Pineda hace ocho años, ya que no era precisamente caricias lo que recibí­a Marta, sino una avalancha de golpes fí­sicos y verbales.

Cada dí­a lo viví­a con miedo, hasta que su hija mayor de 13 años de dad y ahora 22, Heidi Rodrí­guez Pinto, convenció a su mamá que se apartara de su acompañante, antes que la llevara a la tumba.

Aparentemente, el señor Rodrí­guez, siempre ha tenido fama de aplicar el deporte del boxeo, pero, en vez de usar un ring y tener como oponente a un hombre, lo ejecuta en su hogar y con su esposa.

Huyendo aterrada de los maltratos de su esposo, la señora Marta se sintió obligada a trasladarse de Penonomé, hasta la ciudad capital, junto a sus cinco hijos, Esther Rodrí­guez Pinto, Gedeón Rodrí­guez Pinto (ambos con 13 años de edad), Elena Rodrí­guez Pinto de 10 años de edad, Ezequiel Pinto de 5 años de edad y Heidi Ester Rodrí­guez, esta última actualmente tiene su casa en Las garzas, esta casada y es madre de tres niñas.

En medio de la tranquilidad, sin apartarse de su gran pobreza, Marta se la pasaba en cuartos alquilados, que le pagaba uno de sus sobrinos, hasta que le cedieron un terreno y materiales para la construcción de una pequeña vivienda en la Siesta de Tocumen, . No cuenta con muebles, sólo con una vieja estufa y una cama, donde duerme junto a sus hijos.

Lo que más le preocupa a al señora Marta de su situación, es que no cuenta en gran parte con los útiles escolares para sus hijos, y el dinero que gana cuidando niños, que son 30 balboas quincenales, no le alcanza.

Este trabajo, que realiza la señora Marta, es temporal, ya que la persona contratada, se encuentra de vacaciones.

En ocasiones, los niños asisten a su colegio con el estómago vací­o.

Encima de eso las matriculas de sus hijos, no ha podido ponerlas al dí­a. Marta, dice que gracias a Dios, la escuela de los niños queda cerca, de lo contrario, los pequeños, tuvieran inasistencia constantemente.



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