A pesar de los intentos de la oposición para acortar la vida del Parlamento y de la dimisión del primer ministro, Marek Belka, para anticipar las elecciones generales, en Polonia todo seguirá como hasta ahora, incluida la crisis política.
El Sejm (Cámara Baja del parlamento polaco) decidió con la mayoría de los partidos de la izquierda en el poder que el Legislativo agotará su mandato y el presidente de la República, Aleksander Kwasniewski, rechazó la dimisión que presentó Belka.
Kwasniewski alegó que en momentos en los que se decide el futuro presupuesto de la Unión Europea, de lo que depende el volumen de la ayuda que recibirá Polonia, el país no puede quedarse sin un Ejecutivo eficaz como el de Belka.