Para envejecer despacio y con la mejor calidad de vida, los médicos recomiendan: prevención desde lo más temprano posible. Por eso el envejecimiento no es un problema de mayores, sino de jóvenes.
La prevención básica se pone en marcha al llevar una dieta saludable, rica en frutas, verduras y cereales integrales; hacer actividad física; aprender a controlar el estrés y realizar un chequeo médico anual cuando no existe ningún problema de salud, y cada seis meses si aparece alguno.
A partir de los 50 años, los médicos hablan de un punto de inflexión gerontológica. "Es a partir de los cincuenta y tantos cuando se comienza a definir la calidad de vida de las tres últimas décadas de la vida", explica el doctor Juan Hitzig. Es el momento de extremar la prevención. En la actualidad el avance de la ciencia pone a nuestro alcance todo tipo de recursos.
Chequeo cronobiológico: un examen clínico exhaustivo con estudios complementarios, para detectar si las estructuras están acordes con la edad y cuáles presentan signos de aceleración del envejecimiento.
Terapias: bajo control médico, existen las terapias de reactivación (administración de suplementos de vitaminas, oligoelementos y aminoácidos), de restitución (suplementos hormonales para equiparar los niveles perdidos) y de reparación (suplementos con antioxidantes).
Alimentación: la prevención básica se pone en marcha al llevar una dieta saludable, rica en frutas, verduras y cereales integrales, combinada con la actividad física
Planificación: según la Organización Mundial de la Salud, es fundamental desarrollar pautas y procesos en los países para cuidar de las personas mayores, promover investigaciones sobre el tema, y crear entornos saludables para un envejecimiento activo y en salud.