Trate de no ir solo a cobrar. Que alguien de su familia lo acompañe, tal vez algún nieto adolescente.
Guarde el dinero en bolsillos del pantalón o camisa, asegurados con botones, para dificultar un robo. Hay merodeadores expertos en despojar a jubilados en día de cobro porque son un blanco fácil y seguro. Por ninguna razón admita que le quiten el saco o cartera donde lleva el dinero, aunque le hayan derramado un tarro de pintura encima.
No caiga en el error de "compartir" lo encontrado en un fajo de billetes o una billetera supuestamente extraviados. Este método, conocido como "paquetazo", consiste en un fajo compuesto por dos billetes fuera de circulación y, por dentro, recortes de diario. Luego de la primera sorpresa, al descubrir el engaño, viene una peor. Su dinero recién cobrado en el banco habrá desaparecido.
Si acostumbra encontrarse en la cola con conocidos, pónganse de acuerdo para salir todos juntos y compartir un taxi o viajar en el auto de un familiar. Un anciano sólo puede ser presa fácil; un grupo puede brindarse mutuo apoyo.Reglas de seguridad para adultos mayores
Las reglas de seguridad son las mismas para las personas mayores que para cualquier adulto, más algunas otras que dependen de los cambios físicos y su influencia en su modo de vida y forma de relacionarse.
No consulte con desconocidos cuando no se puede leer o distinguir algo con facilidad.
No adopte una actitud de víctima indefensa o de debilidad. Consulte y defienda sus derechos con firmeza, y no de lugar a que lo engañen.
No revele a todo el mundo sus datos personales, aunque sea en una charla con el panadero. Sobre todo, evite que se sepa si vive sólo o acompañado, cuánto cobra de jubilación y que día y en qué banco lo hace.
No cuente a nadie que no sea de su absoluta confianza qué pertenencias tiene.
No deje entrar a su casa personas que no conoce.
QUE NO LE ECHEN CUENTO...
No crea en herencias, premios, encuestas o reportajes poco claros. Si tiene hijos u otros familiares viviendo en el exterior, no haga entrar a su casa al primero que se presente de parte de ellos, aunque mencionen su nombre. Confirme primero con su familiar si conoce a esa persona. Recuerde que una persona que realmente viene de parte de sus familiares difícilmente se presente en su casa sin llamar primero por teléfono.
Tampoco de información telefónica a nadie que pretenda conocer a sus hijos, si usted mismo no sabe quién es.