EDITORIAL
Libertad de Prensa
Hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una de las piedras fundamentales de toda sociedad democrática. La independencia de los periodistas y la existencia de medios de comunicación pluralistas, son características claves para gozar plenamente de uno de los derechos humanos fundamentales. Cada año mueren asesinados entre 50 y 70 periodistas por el solo hecho de difundir las noticias, lo que demuestra el peligro que encierra el oficio. Panamá no superado los días negros de la dictadura, donde se expropiaban, censuraban y se procedía al cierre de los medios de comunicación, que no se plegaban al régimen de turno. Se han logrado avances, como la derogación de las leyes mordazas por parte de la mandataria Mireya Moscoso, pero existen otras 21 disposiciones, que de acuerdo a una Comisión Ad Hoc, de una u otra forma restringen la libertad de prensa. Ya se logró derogar la Ley 11 de 1978, que establecía una especie de censura previa y permitían el cierre de medios por parte del gobierno. Así también se derogó la Ley 68 de 1978, el cual establecía la Junta Técnica de Periodismo, cuya principal función era otorgar la idoneidad a los profesionales que laboran en los medios de comunicación social. Al sancionar las leyes en cuestión, la presidenta Mireya Moscoso dijo que ese era el primer paso para borrar todo vestigio de las normas lesivas a la libertad de prensa y el derecho a la información, pero poco se ha hecho, desde diciembre pasado a la fecha. Casi a diario vemos a altos funcionarios recurriendo a las querellas de calumnias e injurias para tratar de silenciar a los periodistas, que denuncian actos de corrupción o las travesuras al frente de la cosa pública. Hay otras leyes que permanecen todavía como "Espada de Damocles" sobre los periodistas y los medios de comunicación, que aunque muy pocas veces se aplican, constituyen un peligro para la libertad de prensa. Esperamos que la jefa del Ejecutivo cumpla el compromiso de eliminar todas las normas lesivas a la libertad de expresión y que no forme parte del inventario de promesas que todavía el pueblo espera que se concreten.
PUNTO CRITICO |
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