El escritor Carlos Fuentes (mejicano panameño), conocido autor de La muerte de Artemio Cruz, La silla del águila, Diana cazadora, La región más transparente y otras obras más, con su libro "El Naranjo" recrea literal y literariamente el punto crucial del descubrimiento del Nuevo Mundo. Se apoya en las raíces ineludibles de las crónicas. A partir de la vida y obra de Hernán Cortés, Montezuma, Marina La Malinche y la Historia verdadera de Bernal Díaz del Castillo, nos lleva Carlos Fuentes de la mano, a repasar la perenne epopeya del descubrimiento, conquista, y colonización del actual continente Amerindio; todo ello alrededor de unas pepitas de naranja, de su siembra, florescencia en azahares y desarrollo en jugos. Fruto árabe o cultivo asiático es sembrado como árbol eje quizás por Cristóbal Colón en la Antilia, por Cortés a orillas de su mar al oeste de Tenochtitlan o por uno de los Escipiones en el cerco de Numancia.
Carlos Fuentes compone su retrospectiva "El Naranjo" haciendo colage e implosión de diversos temas, los cuales todos al final hacen unitario el texto. El autor hace hablar a los personajes con el lector y en los diálogos atemporales (pagado, presente, futuro) acude el narrador a su propia muerte. Surge así, un gran aporte de Fuentes al sistema académico de las Américas, sistema creativo que con el brasileño Joaquín Machado de Assis se perfiló como el maestro modelo ejemplar de las letras americanas. Así lo consideraron Rubén Darío y Alfonso Reyes. Carlos Fuentes no reconoce usar el sistema creativo de Machado de Assis, aunque nos parece a nosotros que si resulta evidente, caso distinto de Mario Vargas Llosa el cual en "La guerra del fin del mundo", inicia dedicando su trabajo a la memoria de Euclides Da Cunha, por ser éste testigo directo y fiel de la tragedia del Sertao en el Brasil inicial republicano.
Ante tales saturnales, es decir, fiesta de literaturas; el lector se retroalimenta de la gran realidad continental, empero queda impávido y no comprenderemos jamás por qué los más destacados escritores del boom latinoamericano como Vargas Llosa, Carlos Fuentes y el mismo nobel García Márquez sobreutilizan en sus letras, ese exceso de lenguaje sexista, cuasi vulgar, crudo; todo lo cual al final resulta creativamente innecesario, porque la cruel realidad de Nuestra América es tan cruda, que en verdad no hace falta explayarla más desnuda, de lo que en realidad siempre ha sido, resultando la vida Americana a pleno sol, Un Naranjo en llamas. Es cierto así es...