Son las 7:00 de la noche del 3 de mayo. En ATLAPA, la Junta Nacional de Escrutinio convoca a los medios de comunicación para anunciar el primer resultado de las Elecciones Generales del 2009. Miradas extrañas observan los periodistas y vendedores.
"Algo huele mal", dice un desconfiado seguidor de la Oposición.
De repente, el resultado. "Con el 99% de los votos escrutados, la candidata del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Balbina Herrera obtiene 42%, en tanto que Ricardo Martinelli, de la Alianza por el Cambio logra un 41%", afirma el presidente de la junta. Gritos de descrédito y anuncios de un posible fraude electoral resonan en todo el país.
Muchos que votarán por la Oposición temen que este sea el escenario que ocurra el próximo domingo, en que la Junta de Escrutinio se preste para apoyar al Oficialismo, por presiones del Gobierno de turno, que dirige el presidente Martín Torrijos, que es también el Secretario General del PRD.
En Panamá, nuestra folclórica historia política ha dejado precedentes funestos. Por ello, la sombra de un manejo irregular del conteo de los votos es una amenaza latente, que crea cada cinco años suspicacias sobre nuestras autoridades electorales, incluso, el sistema democrático partidista.
En 1984, durante el régimen militar del cual el PRD es afín, ocurrió un fraude electoral. El candidato oficialista Nicolás Ardito Barletta, resultó ganador por un margen de 1713 votos ante el opositor Arnulfo Arias Madrid.
El 7 de mayo de 1989 se realizan las elecciones presidenciales en donde gana abrumadoramente Guillermo Endara y la Alianza Democrática de Oposición Civilista (ADOC), obteniendo más del 65% de los votos. Empero, tres días después el Tribunal Electoral declaró anuladas las elecciones por órdenes directas del General Manuel Antonio Noriega, para favorecer al PRD.
Fuera de nuestras fronteras, son épicos los incidentes ocurridos en México y Venezuela, según denuncias de los opositores en esos países. En esos casos, fue evidente que los "fraudes electrónicos" fueron determinantes para lograr la victoria del oficialismo.
En 1994, el candidato oficialista mexicano, Ernesto Zedillo, gana con el 50.2% ante la Oposición. Pero pocos recuerdan que el PRI iba perdiendo al principio y que en la noche del escrutinio en México DF, se fue la energía eléctrica en el Centro de conteo. Al volver la luz, Zedillo iba arriba.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de Hugo Chávez y sus famosas maquinitas de votación electrónica, que fueron denunciadas por ser fáciles de manipular. En 2006, 2008 y 2009, hubo críticas al sistema virtual de escrutinio.
Panameño. Aunque vivimos en democracia, la tentación de hacer fraude ronda siempre a las autoridades de turno. Para evitar esto, este 3 de mayo acude a votar temprano y cumple con el deber cívico de cuidar los votos hasta el final.
No votar y no vigilar el escrutinio, es entregar en bandeja de plata las elecciones al PRD. No sean congos, ni tontos.