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"¿Quién mató a mí hijo Víctor?", Es la interrogante que hoy, después de dos años, sacude la mente de María Rosa Robles, quien no ha dejado de extrañarlo, al igual que sus tres hermanos, que no borran de sus mentes aquel 27 de abril del 2000 cuando lo vieron ahogándose en sangre, producto de la bala que había penetrado su cerebro.
Ese fatal día Víctor estaba viendo la lucha libre en su residencia ubicada en la barriada El Periodista, corregimiento de Guadalupe en La Chorrera, pero como se estaba quedando dormido en el sofá le dijo a su hermano Andrés que se quitara de un colchón que tenían en la sala, porque él se quería acostar allí y así lo hizo.
Sin embargo, cuenta su madre, a eso de las 3:30 de la madrugada se oyó un ruido y enseguida su otro hijo, Andrés, la llamó: "Mamá corre, corre que Víctor no puede respirar y está botando sangre".
"Cuando yo fui a la sala vi a mi hijo ahogándose con un coágulo de sangre en el colchón y un pedazo de masa encefálica, yo no pude abrazar más a mi niño porque no me atrevía ni a tocarlo y lo llevamos enseguida al hospital con la esperanza de salvarlo; recuerda entre sollozos María Rosa.
Cuatro horas duró la operación, pero Víctor murió al día siguiente de haber sido intervenido.
"Yo he tenido que ser muy fuerte porque soy padre y madre de tres hijos más que me necesitan y que sufren conmigo su ausencia, a veces en las noches los oigo llorar, pero cuando los veo, disimulan porque no quieren que yo sufra", añade.
La muerte de Víctor ha afectado sobre todo a su hermano Andrecito que tiene que ser atendido por un psicólogo.
Al cumplirse hoy 28 de abril, dos años del fallecimiento de Víctor, su madre siente frustración de ver que las autoridades no han logrado dar con el responsable, porque decían que el laboratorio de la Policía Técnica Judicial no estaba en capacidad de realizar los análisis correspondientes, aunque Costa Rica y Colombia se ofrecieron a hacerlo.
María Rosa está preocupada. Y es que aunque reconoce que ya no puede hacer por su hijo, tampoco quiere que su muerte quede impune.
Según la madre de Víctor, producto de las investigaciones se incautaron dos revólveres calibre 38, uno de los cuales se descartó, quedando como único sindicado en el expediente el del empresario Wilson Leonardo Correa Loaiza, quien durante la reconstrucción del caso, dijo que ese día escuchó los perros de su casa ladrar y había hecho unos disparos al aire.
Al intentar conocer la versión del empresario, éste se limitó a decir "¿Y qué tengo yo que ver en eso?"…
Por su parte, una fuente allegada a las investigaciones que llevó a cabo el Ministerio Público, señala que casualmente esta semana llegó el resultado de los análisis de las dos armas que realizó el Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica, por lo que está a la espera.
Sin embargo, esta explicación no será suficiente para María Rosa que no tendrá paz en su alma hasta saber quién mató a su hijo Víctor, sobre todo cuando ella señala que ha habido negligencia en las investigaciones, porque en el transcurso de las mismas se llegó a cambiar al inspector jefe Alejandro Carter y a otros agentes que contribuyeron en el caso. |
