En las cercanías del Día del Trabajo, siempre se recuerdan los aportes de los sindicalistas a la lucha obrera. En esa lista ocupa un papel destacado una mujer que hoy tiene 93 años: Marta Matamoros.
La combativa Marta hoy tiene una cabellera blanca como la nieve. Ya la agitación en las calles forma parte de los recuerdos. Ahora camina apoyada de su bastón y vive en la Fundación Nueva Vida.
Marta nació en Calle 14-Oeste el 17 de Febrero del año 1909. Es hija de un matrimonio costarricense. A raíz de la Guerra de Coto, sus progenitores se vieron obligados a abandonar Panamá y retornar a territorio tico.
La entonces niña Matamoros sólo completa la primaria en las escuelas ticas, pero luego toma algunos cursos de modistería. Regresó a Panamá en 1940 y se dedica a la tarea de la confección.
La señora Matamoros recuerda con nostalgia sus orígenes en el movimiento obrero allá por el año 1942. "Tuve el honor de ser miembro del Sindicato de la Confección de Ropa. Trabajó en el Corte Inglés y en otras fábricas.
Admitió que se convirtió en sindicalista a fin de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. "Habían salarios muy bajos, pero grandes tareas".
Los salarios eran tan bajos que llegaban a cinco dólares por semana y por esa razón se organizaron los sindicatos, y desde entonces comienza la militancia de Marta Matamoros en esas lides.
Con el tiempo llegó a ocupar puestos directivos en el Sindicato de Sastres y Similares, Federación Internacional de Trabajadores y otros.
Marta recuerda que en Panamá hubo un sindicalismo muy combativo, pero reconoce que con la llegada del Código del Trabajo se mejoraron las cosas para los obreros.
Para Doña Marta, para ser un buen sindicalista se "necesita valor y sentirse obrero, pues el trabajo honra".
Aunque reconoce que por su edad vive casi aislada de la actual situación del país, recomienda a sus compañeros sindicalistas que "sigan luchando y no se dejen doblegar".
La veterana sindicalista reveló que durante su juventud viajó a varios congresos sindicales en Europa, Centroamérica, Suramérica e inclusive a la Unión Soviética.
También recordó que durante sus luchas fue metida tres veces en La Modelo. Los tiempos eran rígidos porque el coronel José Antonio Remón le tenía odio africano a los sindicatos, manifestó. |