Existe una relación muy estrecha entre el éxito escolar y la capacidad que tienen los niños para seguir las explicaciones y los razonamientos del profesor. Esa capacidad depende directamente del nivel de lenguaje que tenga el niño y de la riqueza de su vocabulario: cuanto mejor sepa hablar y más palabras conozca, mejor entenderá lo que explica un adulto. ¿Qué podemos hacer para favorecer el desarrollo lingüístico de nuestros hijos?
Es muy aconsejable hablar a nuestro bebé desde el primer día del nacimiento.
Cuando empiece a mirar lo que hay alrededor, aprovecha cualquier salida para explicarle lo que ve.
Cuando nuestro hijo empiece a caminar coincidirá con el momento en que empieza a tener capacidad de comprensión. Podemos aprovechar esta circunstancia para encargarle pequeños recados y premiárselos con una expresión de alegría.
Cuidar la calidad del lenguaje que utilizamos y el tono con el que decimos las cosas. No debemos imitar el lenguaje del niño reduciendo las palabras adultas a palabras infantiles.
Nombrar las cosas con la palabra más exacta posible para mostrarle la riqueza del lenguaje y enseñarle más vocabulario.
La corrección del habla del niño debe ser positiva. Cuando el niño dice "mira, un guau, guau", podemos contestarle: "sí, es un perro, un perro que hace guau, guau".
No debemos utilizar imperativos ni negaciones, ya que no favorecen el desarrollo del lenguaje. El uso de imperativos es cortante y cierra la conversación.
Por último, podemos contestar a sus preguntas con respuestas indirectas. |