La pimienta fue una de las primeras especias que se introdujeron a Europa con la apertura del comercio terrestre con el Oriente.
Nativas de la India, las plantas de pimientas fueron llevadas a Indonesia por los colonizadores hindúes más o menos 100 años a.C y de Indonesia a Malasia unos 600 años a.c.
Muchos siglos después, cuando se descubrieron las rutas marítimas a las Indias Orientales, los portugueses, españoles, franceses, ingleses y holandeses se interesaron en el lucrativo negocio de las especias del Lejano Oriente hacia Europa y en los años siguientes hacia el nuevo mundo.
La introducción de la pimienta desplazó el silfión que se utilizaba en Grecia, una hierba amarga, que como condimento deja mucho que desear y ya olvidado su uso.
Pero fue en la época bizantina cuando cobró especial importancia esta semilla importada por los alejandrinos a este país, los cuales la comercializaron con los venecianos y fue en el año 1222 cuando la pimienta estuvo a punto de cambiar la historia del Mediterráneo cuando el dogo Pietro Zanni propuso a los venecianos trasladar la capital a Constantinopla, en aquella época en poder de los cruzados, para poder monopolizar el comercio de la pimienta; la propuesta fue denegada en votación por un solo voto. Curiosidades como éstas nos hacen meditar sobre lo antiguo de nuestra civilización.