La Casa Blanca ha pospuesto la decisión de llevar a cabo un ataque a gran escala en la ciudad iraquí de Faluja, ya que está preocupado por las repercusiones que una acción así puede tener tanto en Estados Unidos como en Irak.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, informó de que el presidente George W. Bush trató el asunto con los miembros del Consejo de Seguridad Nacional, que abogaron por retrasar, de momento, una gran ofensiva militar contra Faluja.
Tras ese intercambio de opiniones, se llegó a la conclusión, según explicó el portavoz, de que será mejor "que la coalición siga trabajando estrechamente con los iraquíes para encontrar una solución iraquí" y que las fuerzas iraquíes asuman más protagonismo.
Un soldado estadounidense y ocho insurgentes iraquíes murieron el lunes en el bastión sunita de Faluja, poniendo en duda un acuerdo en el que Estados Unidos cifraba sus esperanzas de que pondría fin a uno de sus mayores problemas en Irak.
En el centro de Bagdad, dos soldados estadounidenses murieron cuando un almacén de productos químicos explotó durante una operación que pudo haber sido parte de la búsqueda de armas de exterminio del derrocado gobierno de Saddam Hussein.