El Día de la Tierra, que se conmemoró el pasado viernes 22 de abril, no debe ser visto sólo como una celebración más. Es mucho lo que está en juego, y con mayor razón en la medida que nuevas amenazas se ciernen sobre el planeta por el efecto del cambio climático y de los fenómenos naturales, en un mundo sin la suficiente planificación y que enfrenta la insaciable necesidad de consumir más de lo que hay disponible.
El vicepresidente del senado chileno, Juan Pablo Letelier, reconoció la magnitud de las amenazas al destacar, en el marco de la 24.ª Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP) que terminó el pasado miércoles en la capital panameña, que en el mundo hay intereses estratégicos de otros en cuanto al uso de los recursos naturales de trascendencia que están empezando a minimizar la importancia de la democracia en los lugares en donde se hacen estas explotaciones.
La celebración del Día de la Tierra debe motivar una reflexión profunda sobre la forma de actuar y de vivir de cada uno. Si desaparece la vida silvestre, o se llenan de basura el cielo, la tierra y el mar, el planeta seguirá girando, pero el ser humano y otros seres vivos ya no estarán. El problema es cuando se quiere tratar al planeta como una propiedad exclusiva y no como un bien compartido con todas las especies.
Si tenemos el propósito de abandonar las malas prácticas, mejorar los estilos de consumo y de producción así como mejorar la gestión de gobierno para proteger el ambiente, Panamá daría un paso visionario hacia su presente y futuro.
Podríamos comenzar por casa, aunque sabemos que no es suficiente. Algunos consejos para el hogar nos pueden ayudar a tener un planeta más amable como son: disminuir el uso de vehículos en distancias cortas, a cambio de caminar o andar en bicicleta; aprovechar al máximo la luz solar para secar la ropa en lugar de usar secadora; cocinar en lo posible una vez al día y no tres veces, desconectar los artefactos eléctricos cuando no los estemos usando, transportar en el vehículo al ir a trabajar a familiares y vecinos, usar bombillos de bajo consumo, apagar las luces cuando no se las esté usando y tener días específicos para lavar o hacerlo de noche.