Aunque la defensa de la estadounidense Debra Ann Ridgley, negó ayer que ésta sea responsable del atroz crimen de su compatriota Toni Grossi Abrams, las investigaciones preliminares indican lo contrario.
Debra, de 56 años, fue indagada ayer durante seis horas por el asesinato de Grossi, quien fuera descuartizada en el edificio Atlantis, en vía Venetto, y luego calcinada en Río Abajo.
Amaya manifestó que existe un conductor de taxi que testificó que, sin saber, transportó a la señora Ridgley y a los colombianos Camilo Castro y Didier Osorio García, quienes bajaron del edificio Atlantis llevando una pesada maleta, y los llevó hasta Río Abajo.