La situación sociopolítica, lo mismo que la geopolítica, como la estamos viviendo los panameños en estos momentos, da pena porque tanto denunciantes como denunciados han caído, y se están revolcando, en lo más profundo de ese asqueroso marasmo social llamado "política".
Es verdad que hay una variedad de espectáculos ("shows") dentro de la industria del entretenimiento, pero los mismos, digo yo, no son más que 'intermedios' para distraer la atención, porque cuando en las diferentes tarimas los 'artistas' se esfuerzan por venderle al público una farándula "cosmetizada" (para lo cual reciben una paga), paralelo a esto, está ocurriendo lo que precisamente no parece interesarle al pueblo, o sea, la vida real maquillada con mentiras, medias verdades y la manipulación de la información.
En mi cabeza no cabe...no entiendo por qué los funcionarios cuando están ejerciendo sus respectivos cargos, no denuncian las irregularidades y
o la corrupción que se está cometiendo a su vista o en su presencia.
Dan pena, porque como denunciantes son peores que aquellos a quienes denuncian, ya que mientras gozaban de las prebendas, de los privilegios, las ventajas y los beneficios propios de sus respectivos cargos, todo iba de maravillas, pero ahora que son despojados de sus frágiles e hipócritas corazas, pretenden erigirse como mártires impolutos, víctimas de ese podrido entorno sociopolítico que ellos mismos han creado en su derredor. Son, se pudiera decir, traidores de la más baja calaña.
Realmente es vergonzoso tener que ver y escuchar a algunos "ángeles caídos" lloriquear ante las cámaras de la televisión, en una especie de 'mea culpa', llorando como niños lo que no supieron defender como adultos. Repito, ¡DAN PENA! ¡Au Revoir!