El Tribunal Supremo de EEUU estudia desde ayer una solicitud de reconsiderar la forma de ejecución de un asesino convicto que afirma que no se le puede aplicar una inyección letal porque sus venas están endurecidas por el consumo de drogas.
Después de derogarse la aplicación de las ejecuciones mediante la electrocución, la cámara de gas o la horca, la inyección letal es la única forma de cumplimiento de la pena de muerte que queda en EEUU.
Los abogados de David Larry Nelson, condenado a muerte hace 20 años, alegan que esa forma de castigo sería inconstitucionalmente cruel a menos que se tomen medidas especiales de precaución.