Con fuegos artificiales, bombitas y carros sonando a todo volumen los temas de "El Kid", el barrio de San Pedro Nº1 despidió al artista de reggae con el coro: "Feeling tras feeling, hey, sangre, San Peter se quiere encender", letra de una de sus canciones.
Desde tempranas horas de ayer, viernes, niños, jóvenes, adultos y ancianos llegaron a la lavandería del barrio para planchar sus suéteres con imágenes de "El Kid". El dueño del local contó que habían estirado unos 500 suéteres.
Ese pueblo, al que muchos llaman gueto, se dio cita desde las 11: 00 a.m. en la Parroquia San Pedro Apóstol para despedir al hijo de Laura Alvarado y Renato, cuya vida fue truncada por pandilleros el domingo en Santa Ana, después de una presentación.
Media hora después, el ataúd ingresó a la iglesia y poco a poco se hicieron presentes sus familiares, su cónyuge Katherine y amigos.
Dj Black, Jam &Supose, Dicky Rancking, Ice Man, Kafú Banton, Murder Cat, Dj Lea, Dj McKoy, Dj Greg, Burrel, el folclorista Amable Moreno, entre otros, se hicieron presentes.
Culminada la misa a la 1: 40 p.m., los artistas cargaron el féretro y lo pasearon por la calle principal de San Pedro. Luego lo ingresaron a su casa, y de allí a la cancha sintética, donde le dieron una vuelta al cuadro; después, se dirigieron a la vía José Agustín Arango, en caravana, cantando "Chica Star", y coreando la célebre del reguesero: "¡Yeyo, esa es la que es!", hasta el Cementerio Municipal de Juan Díaz.
Javier, un niño de ocho años quien jugaba fútbol con "El Kid", lo lloraba desconsoladamente, así como otros niños.
Jovencitas vestidas de negro y sosteniendo rosas y girasoles, desdibujaban sus rostros en llanto por el artista que las hizo reír.
Durante todo el acto, el ataúd no había sido abierto hasta que justo antes de introducir el féretro al hueco, uno de sus amigos se abrió paso entre la muchedumbre para interrumpir la ceremonia y permitir que "El Kid" fuese enterrado con su palanca del play station, conque tantas batallas libró en su casa.
Retomado el acto, sus amigos echaron tres cervezas Heineken y tres rosas. Luego de tres gritos de "Yeyo", le dijeron adiós al hijo pródigo de San Pedro.