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Como si fuera una gracia, muchos panameños propietarios de vehículos acostumbran a pisar el acelerador de sus autos cuando las luces del semáforo realizan su cambio de amarilla a roja. La finalidad, a primera vista y como todos saben, es, por supuesto, ahorrar tiempo y no quedarse rezagados en el alto obligatorio de la luz Roja. Esta acción no refleja otra cosa que la irresponsabilidad ciudadana frente a los frecuentes llamados de advertencia que se hacen diariamente a través de los medios de comunicación.
No es suficiente que se diga que la cifra de muertos por accidentes de tránsito va en aumento. Esto parece no hacerle sentir ningún tipo de remordimiento a estos conductores que saborean la velocidad cuando salen a las calles.
Las señales del tránsito están claras. Luz roja, que como se sabe anuncia peligro; la luz amarilla, advertencia, y la luz verde, cancha libre para circular, no obstante, hay señales que favorecen a los transeúntes como las líneas de seguridad que son marcadas exclusivamente para que los peatones crucen una vía con precaución. Es también la zona donde el conductor tiene la obligación de disminuir la velocidad. Hay que frenar la irresponsabilidad. Este es el momento. |
