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SOCIOLOGOS ESTUDIAN CAMBIO DE COMPORTAMIENTO
Imposible detener protestas en Costa Rica
Agencias
Internacionales
La más grande manifestación de protesta en los últimos 20 años en Costa Rica reunió ayer a más de 100.000 personas en un clima de creciente aumento de la tensión social contra la privatización de la principal empresa estatal de las telecomunicaciones y la generación eléctrica. La marcha que por varias horas se "apoderó" de la capital, llegó hasta la Casa Presidencial, donde los participantes solicitaron al presidente Miguel Angel Rodríguez retirar el polémico proyecto que pone fin al monopolio de las telecomunicaciones y la electricidad, en poder del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) durante 52 años. Rodríguez se mantenía fuertemente resguardado en la Casa de Gobierno por policías anti-disturbios, con los cuáles en algún momento se le vio rezar. La manifestación fue una expresión más de la ola de protestas que desde la semana pasada mantiene agitada a Costa Rica, y cuyas tensiones han dejado hasta ahora, un campesino muerto, más de 40 heridos y 52 estudiantes detenidos. Para el sociólogo Abelardo Morales, de la Facultad de Ciencias Sociales de América Latina (FLACSO) la multitudinaria manifestación, como no se había visto en los últimos 20 años, "muestra la irrupción" de sectores que se sienten postergados del sistema político vigente en el último medio siglo en que dos partidos tradicionales se han distribuido y alternado el poder. Los trabajadores, estudiantes, educadores, campesinos y empleados públicos "no se sienten del todo representados por el actual sistema, y la marcha ha mostrado de manera contundente la falta de credibilidad", del Congreso, de los principales partidos y en general del sistema político, afirmó Morales. La multitudinaria manifestación "marca un cambio en el comportamiento de los movimientos sociales" en los últimos años, agregó el analista, quien recordó que hasta la semana pasada, "nadie pensó que una pequeña protesta adquiriría la actual dimensión", de un movimiento nacional. Los nuevos grupos hoy manifestados "reclaman un espacio" que al parecer la sociedad costarricense ha descuidado en los últimos años y que se sienten excluidos, opinó el ex defensor de los Habitantes (Ombusdman), Rodrigo Alberto Carazo. La "inmovilidad" del movimiento popular que se ha mantenido durante casi 30 años se rompió y la marcha muestra "un salto de calidad", declaró Manuel Mora Salas, hijo del "caudillo" y fundador del Partido Comunista de Costa Rica, ya fallecido, Manuel Mora Valverde. Para el diputado José Merino del Río (izquierda), la nutrida manifestación ha sido "un verdadero plebiscito nacional" de que los costarricenses rechazan "el pacto" entre los diputados del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), en el Gobierno, y de Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata), que por 45 votos a favor aprobaron la noche del lunes, en primer debate, el proyecto de modernización del ICE. Merino agregó que la manifestación "ha sido también un claro repudio a la prepotencia y el autoritarismo" de Rodríguez, al que acusó de enviar a los policías a golpear a los estudiantes. La marcha, "es un contundente rechazo" a las políticas económicas neoliberales que impulsa el presidente, sostuvo Héctor Monestel, del Sindicato de Empleados de la Universidad de Costa Rica (SINDEU), quien acusó al gobernante de "dañar la democracia" al intentar vender uno de los mayores patrimonios de los costarricenses, el ICE, y además, intentar acallar al pueblo. Monestel se quejó de que Rodríguez haya retirado todos los proyectos del Congreso, lo que permitió que los diputados decretaran un receso de varios días, lo que ha impedido ejercer la labor de control social del Parlamento. Rodríguez abogó por "mantener la calma y evitar la violencia", y la manifestación transcurrió sin incidentes. El gobernante reiteró que la apertura del ICE permitirá la modernización del país al abrir las telecomunicaciones y la generación eléctrica.
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La multitudinaria manifestación "marca un cambio en el comportamiento de los movimientos sociales" en los últimos años, agregó un analista, quien recordó que hasta la semana pasada, "nadie pensó que una pequeña protesta adquiriría la actual dimensión", de un movimiento nacional.
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