EDITORIAL
Ambiente de Frustración
Un ambiente de frustración se percibe en el país por la evidente contracción económica que como alambres de púas muerde y se aferra al estacón de coquillo. La desesperanza se siente en todos los estratos sociales por que el Gobierno no despega a pesar de los publicitados proyectos que no trascienden del papel. Al pueblo panameño se le ha abierto otra herida al conocerse la tragedia aérea que dejó como saldo 10 muertos en la serranía darienita. Las incoherencias y el mal manejo de la información también dejaron un sabor acre entre los panameños, que no se reponen de los muchos golpes recibidos en siete meses, sobre todo los productos agrícolas de Azuero que por una propaganda infame no logran vender el maíz almacenado en Herrera y Los Santos. Si los dirigentes del Gobierno escuchan los programas de comentarios mañaneros se enterarían que ya no es color de rosa el panorama que plantearon cuando se inauguró este Gobierno. Los gastos superfluos, los asesores ineptos y la falta de coherencia entre los miembros del Organo Ejecutivo, proyectan una imagen nada positiva para el Estado que no puede seguir dependiendo de arandelas ni de espectáculos publicitarios. Urgen acciones concretas y no motivos que intenten distraer la atención de nuestro pueblo. La Contraloría General de la República señala que la planilla estatal ha aumentado, lo que sumado a los salarios y privilegios de los legisladores y del Organo Judicial, da la tónica de que en el país hay un desequilibrio social por la falta de gobernabilidad. A todo esto, continúan los despidos masivos y el establecimiento de "republiquitas" por que los funcionarios de alta jerarquía consideran su área de influencia como su feudo particular. Cada protesta que hay en nuestras calles es una chispa que podría generar un incendio de consecuencias catastróficas. El barril de pólvora es la pobreza extrema y el detonante son las manifestaciones callejeras que no cesan en el país ante la indiferencia de las autoridades. Los Arnulfistas tienen "que bajarse de esa nube" y dejar de estar creyendo que esta situación descrita es un "mar de leche", según expresión popular. Hay que rectificar urgentemente la política del Gobierno y a la Mandataria no debe temblarle el pulso al momento de cambiar sus cuadros políticos que han resultado incoloros y faltos de determinación. Y mientras esto ocurre, aumenta la delincuencia, los problemas de salubridad, la deserción escolar, los hogares incompletos por la falsa promoción de valores en la juventud que crece con un destino torcido porque no tiene modelos de civismo. Por enésima ocasión, advertimos que en nuestra sociedad hace falta un rearme moral porque generalmente salen ilesos los protagonistas de la corrupción que en el colmo de la desfachatez y cinismo, son presentados como grandes personajes, a pesar de ser ídolos con pies de barro.
PUNTO CRITICO |
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