Se ha perdido momentáneamente el expediente sobre el crimen del abogado Rubén Oscar Miró, denunció su hijo Gabriel Miró.
El cuerpo del jurista muerto en 1970 presentaba 38 perforaciones de balas. El 27 de abril del 2005 se cumple un año del fallo de la Sala Penal ordenando la reapertura del caso. "No se ha hecho nada durante la gestión de la Fiscal Primera Maritza Royo; jamás tuve comunicación con ellos", advirtió Miró.
El nuevo Fiscal Primero Superior, Dimas Guevara, citó a Miró para decirle que las investigaciones no avanzaban porque el expediente original, de 1970, se extravió en el Segundo Tribunal Superior de Justicia.
Sin el mismo sólo se llamaría como testigos al coronel Marco Justine, "Orejita" Ruiz y Heliodoro Villamil, presuntos partícipes del hecho, indicó el denunciante.
Miró pidió a José Vicente Pachard, director del Instituto de Medicina Legal, que le expida copia del certificado de necropsia que debe reposar en ese despacho.
La necropsia precisó que en el cuerpo de Rubén Miró encontraron dos balas de diferente calibre; una de e 11 milímetros estaba alojada en la cabeza. Con ese disparo se sustenta la tesis de Gabriel Miró de que a su padre lo mataron en la antigua Cárcel Modelo, mientras era torturado.