La eliminatoria mundialista prosigue en otra fecha atípica en el calendario, la primera fue un miércoles de ceniza y en ésta jugamos el sábado de gloria, justo en la semana más representativa del catolicismo.
Ayer inició esta celebración con el Domingo de Ramos, y para nuestra selección serán siete días de trabajo arduo, concentración y espiritualidad. Todo esto acompañado de la llegada de los legionarios, quienes se sumarán para completar el elenco.
También se espera la concentración previa del conjunto, que entrenará lunes, martes y miércoles, como lo ha estado haciendo las últimas semanas, para viajar este jueves a Costa Rica, donde podrán realizar el reconocimiento previo de la cancha sintética, que no le preocupa al cuerpo técnico de Panamá.
El Viernes Santo, día de reflexión y meditación, no será diferente para el elenco, que en su mayoría, como es en nuestros países latinos, son católicos, por lo que cada uno de ellos sabe lo que representa la conmemoración de la muerte de nuestro Señor Jesucristo.
Estoy segura que a pesar de lo que representa este día, será muy importante para Panamá realizar sus últimos retoques, antes del enfrentamiento a los costarricenses, quienes también estarán en la recta final de su preparación.
Y justo el Sábado de Gloria en la noche, otra jornada especial de la Semana Mayor, Panamá se enfrentará a Costa Rica en un estadio vacío, que es como un cuerpo sin vida, porque la vida la proporcionan los fanáticos.
Allí en el Ricardo Saprissa estaremos presentes, aunque extrañaremos a la mediana “Marea Roja”, que ya se alistaba para estar en el partido. Panamá y su rival apostarán todo a un resultado positivo esa noche, pues la eliminatoria no inició con el pie derecho para ninguno de los dos equipos.
El Domingo de Resurrección, sea cuál sea el resultado, nuestra selección retornará a suelo patrio inmediatamente pensando en el siguiente partido ante México, quien ese día a las 12:00 p.m. chocará ante Estados Unidos, en un duelo de grandes de la CONCACAF.
Para el lunes se espera la llegada de los mexicanos a Panamá, mientras el elenco ya estará en sus sesiones de entrenamiento, alistando sus buenos goles para este partido, en el que sí habrá un coliseo lleno de fanáticos coreando a sus ídolos.
El martes podría ser el primer contacto entre los jugadores de México y el Rommel Fernández, aunque para unos es un viejo conocido, pues estuvieron en el partido anterior entre ambas naciones.
Este día, dependiendo del resultado en San José, podríamos tener una fiesta previa para el gran espectáculo deportivo que se presentará horas después.
Y el miércoles desde muy temprano la prensa especializada se tomará el coliseo de Juan Díaz, y en la tarde ya se podrá ver la mancha roja de fanáticos que no se perderán la oportunidad de ver su país ante el coloso futbolístico del área, quienes vendrán con todas sus estrellas del patio y el único que militan fuera de fronteras, Rafael Márquez, quien forma parte del mejor equipo de la liga española.
Para este partido el técnico de la selección de México, el argentino Ricardo Lavolpe dice tener un equipo fuerte y lo demostrará en la cancha. La fortuna de este entrenador es contar con el 99.5% de sus jugadores todo el tiempo
Luego de este partido se habrán cumplido 3 fechas de la hexagonal final y podremos tener un balance serio, a pesar que faltarán todavía 7 compromisos, de las posibilidades de Panamá en su camino al mundial de Alemania.
Y el jueves podremos amanecer con la frente en alto, la ilusión viva y las esperanzas puestas en el equipo. Serán 10 días definitivos en las aspiraciones de nuestra selección y serán dos pruebas de fuego, en las que en medio de la Semana Santa y después de ella habrá que rezar por el bien de los jugadores, del equipo, del país y de la quimera mundialista, esa con la que todos soñamos.
