La misma historia, pero en otra temporada, otro año... una novela con un final triste. La novena de Los Santos pierde ante Colón y luego ante Chiriquí Occidente y viene al Estadio Nacional a suplicar por un triunfo.
Ya no están... que les vaya bien, anoche tomaron su bus, alicaídos rumbo a su provincia. Un equipo con un perfil ganador, una línea ofensiva de lujo (incluyan al campeón bate), un pitcheo que pudo hacerlo mejor (incluyan al Dr. Flako) y una defensa pura que se retira perdiendo ante Metro, sin errores.
La pregunta: ¿Qué pasó? Otra pregunta: ¿Qué falta? La novena juega bien un día y mal otros tres. No hay consistencia... ayer no mostró un juego agresivo... exceptuando al receptor Carlos Muñoz y al antesalista Jaime Jaén, dos veteranos. Faltó agresividad en los jardines... no había esas ganas de comerse la pelota.
¡Ayer había que dejar el cuero... pero el tigre había perdido la lana hace rato!
Como dicen allá donde uno... "gallos caratos", no subieron la loma y se acabó otra temporada para la tropa santeña.
Dos años bajo la dirección de Aristides Bustamente y dos años con sendas caídas horribles. El año pasado perdieron 12 juegos seguidos y ahora en la serie de ocho se "flatean".
Hay un problema serio y si la liga quiere ganar, tiene que cambiar a todo el cuerpo técnico. No ganan... no avanzan y la esperanza de la afición muere en cada campeonato.
Ahora sólo les queda ver los toros de la barrera, saborear una y otra vez la corona de bate de Edwin Jaén y los mil ponches de Roberto Hernández. Saborear el futuro de éxitos de Luis Fuentes y David Barahona, aplaudir el esfuerzo de Carlos Muñoz y Jaime Jaén, pero despedir la legión de técnicos que no meten una y que en los dos últimos años han sido un fracaso...
Señores... despidan a la tropa santeña, se fueron. No hace falta el que se fue, sino el que viene... y la serie de cuatro promete ser de las mejores.
Chiriquí, Coclé, Herrera y Metro. Usted escoja el suyo que yo ya tengo el mío.
¡Viva el béisbol! Te quiero mamá...