Cientos de buhoneros dominicanos enfrentan a la policía por desalojos

Santo Domingo
AP

Cientos de buhoneros volvieron ayer a ocupar la principal vía comercial de esta capital y se enfrentaron con la policía porque fueron desalojados de sus lugares de ventas.

El incidente es secuela de la ola de protestas iniciada el lunes en el noreste del país y que se ha extendido a otras poblaciones, dejando por lo menos tres muertos y más de 20 heridos, incluyendo cuatro policías que recibieron impactos de bala.

Los comerciantes de la avenida Duarte abrieron sus comercios en la mañana tras dos días de cierre por las protestas de los buhoneros, pero horas después cerraron nuevamente por temor a saqueos o agresiones de los manifestantes.

El Ayuntamiento del Distrito Nacional dispuso la reubicación de los buhoneros en un parque ubicado en la avenida, pero el grupo rechazó la propuesta, arguyendo que el traslado afectará sus ventas.

Entretanto, en las ciudades de Salcedo y San Pedro de Macorís se vivía una tensa calma, luego que el lunes y miércoles fueron escenario de violentos enfrentamientos entre manifestantes y agentes policiales.

Organizaciones populares, comunitarias y campesinas reclaman la construcción de una serie de obras públicas, como son la reparación de calles, caminos vecinales y acueductos.

La violencia se trasladó hoy a la población de Licey al Medio, a unos 170 kilómetros al norte de Santo Domingo, donde manifestantes bloquearon las calles incendiando neumáticos y troncos. Informes radiales aseguran que se han registrado al menos dos heridos, pero las autoridades no confirmaron esta versión.

Por su parte, el vocero de la minoría senatorial del oficialista Partido de la Liberación Dominicana, Juan Bautista Rojas, responsabilizó a las autoridades de Obras Públicas por los incidentes, alegando que no han atendido los reclamos de las comunidades del interior del país.

``Hay reclamos con los que nosotros estamos de acuerdo, y que incluso luchamos por ellos en el pasado'', manifestó Rojas.

 

 

 

 

 


 

El incidente es secuela de la ola de protestas iniciada el lunes en el noreste del país y que se ha extendido a otras poblaciones, dejando por lo menos tres muertos y más de 20 heridos, incluyendo cuatro policías que recibieron impactos de bala.

 

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