Josef Fritzl, conocido como el "Carcelero de Amstetten", fue condenado a cadena perpetua, tras ser declarado "culpable" de asesinato por omisión de socorro en el juicio contra él por haber encerrado y violado a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano.
Así lo dictaminó el jurado popular de la Audiencia Provincial de Sankt Pölten, al oeste de Viena, al considerarlo responsable de la muerte, en 1996, de uno de los siete niños que procreó con su hija.
El jurado, formado por tres hombres y cinco mujeres, consideró probados también los cargos de esclavitud, violación, coacción grave, privación de libertad e incesto que igualmente se le imputaban.
Ese veredicto fue acompañado de una pena de cadena perpetua, que el acusado cumplirá inicialmente en una institución para criminales con desarreglos mentales.
Fritzl será sometido a terapia y evaluado periódicamente. En el caso de que se considere que ha superado su patología, el condenado sería enviado a una prisión para seguir cumpliendo su condena.