"Yo no tengo plata pa' ta guardando, papi". Eso fue lo que gritó Yanitsy al ser interrogada sobre lo que para ella significaba la Cuaresma.
Su respuesta puede entenderse, ayer ella -que tiene 26 años- acababa de bajarse de un busito coaster de la ruta Las Tablas - Panamá en la Terminal de Transporte de Albrook.
La volvimos a interrogar: ¿De dónde vienes?
-¡Del carnaval, papi, de dónde más! contestó.
Con el tumba 'o característico de la gente de los barrios populares, Yanitsy extendió sus brazos y meneando el dedo índice advirtió que de la Cuaresma ella no sabe nada y agregó: "¡Tú pregúntame del Carnaval!"
A pesar de eso, ella dice que es católica y que iría a ponerse la ceniza en la tarde.
Esa actitud de muchos panameños de vivir el desenfreno durante los días del Carnaval y pensar que el Miércoles de Ceniza todo se borra con una cruz en la frente fue reprochada por el padre Jorge Luis Martínez, vicario parroquial de la iglesia de San Miguel de Calidonia. El presbítero dice que la imposición de la ceniza "no es una magia con la cual la gente pretende borrarse los pecados"; y sentenció "No hijo, a Dios no se le engaña de esa forma".
Es que la imposición de las cenizas tiene un significado penitencial. Es recordar que el ser humano viene del polvo y al polvo volverá.
Con su cabeza recostada sobre el respaldar de la banca delantera, estaba ayer Luis en la iglesia de Don Bosco. Él tiene 24 años. "Vengo cuando me siento triste y solo", dijo. Para él, La Cuaresma es un tiempo para buscar paz y perdón.
Al otro lado de la basílica estaban Felipe y Luisa. Para ella, en este tiempo se debe de tratar la acción de la mente y el cuerpo en paz con el Señor y con el mundo. "¡Ah y que los hombres no anden con tantas mujeres y engañándo a sus esposas!", puntualizó al tiempo que soltaba una carcajada. Sin embargo, Felipe no vaciló en defender al sexo masculino: "¡Y que las mujeres no anden con tantos hombres y engañando a sus esposos!"
Para muchos, la Cuaresma es un período de arrepentimiento, pero para otros no. Un ejemplo de eso es Carlos. Con una sonrisa pícara expresó: "Dios sabe cómo yo me porto". El muchacho retornaba ayer de Chitré. Dice que no tiene nada de qué arrepentirse de lo que hizo en el Carnaval y aumentó: "Si la vida es pa' vivirla, pa' goza' la y pa' poncha. ¿No?"