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La vida es una sola. Todos tenemos que morir, pues esa es la voluntad del Creador. Esto no parecen entenderlo algunas personas que únicamente piensan en comprar el mejor auto, la mejor casa, el mejor vestido, etc.
En este mundo hay que hacer un alto para meditar ¿Cuánto Dios nos ha dado? No debemos medir las riquezas materiales, aunque son también bendiciones, debemos mirar alrededor y mirarnos al espejo. De esta manera muchos se darán cuenta que físicamente no les falta nada, cuando existen muchos ciegos, mancos y enfermos que no reniegan lo que tienen.
Circuló por internet un ejemplo cómico de lo que hablamos en este escrito. Dice que un médico, recién graduado, tenía planes de exhibirle a sus amigos un auto BMW que acababa de sacar de la agencia, pero, cuando abría la puerta, un camión pasó a toda velocidad, arrancándole la puerta y el brazo izquierdo. Por suerte del médico, a pocos metros había un agente del Tránsito, a quién le dijo: ¡Señor oficial, este señor me ha dañado mi auto!
El guardia de tránsito, al percatarse que también le había mochado su brazo, le respondió: "Pero señor, ese conductor también le ha mutilado su brazo". El médico muy despistado sólo se limitó a decir: "Chuzo, mi Rolex..." Este ejemplo pudiera calificarse como la madre del materialismo, pero quiéranlo o no es una realidad que no podemos ocultar.
Cuando todas las personas se den cuenta que nada dura para siempre, muchas cosas cambiarán. Hasta la muerte se podrá vencer si limpiamos nuestros corazones y reconocemos la salvación. Sólo El podrá eliminar el materialismo de nuestra vidas. |
