El gobierno del presidente Eduardo Duhalde alegaba ayer no tener ninguna responsabilidad en el escándalo político generado en la víspera en la provincia andina de Catamarca, que obligó a suspender elecciones para gobernador.
El candidato peronista Luis Barrionuevo, proscrito por la justicia de Catamarca por no reunir los requisitos para ser gobernador, desencadenó con sus adictos violentos episodios que obligaron a suspender los comicios para elegir mandatario de ese distrito andino, uno de los más pobres de la Argentina.
La policía de Catamarca, cuyo gobernador saliente, Oscar Castillo pertenece a la opositora Unión Cívica Radical (UCR), detuvo a decenas de revoltosos y pidió a la justicia electoral que suspendiera la votación por falta de garantías. |