Hay gente que exagera y tergiversa todas las cosas por más insignificantes que sean. A un simple comentario le añaden situaciones imaginarias y arman muchas veces líos innecesarios.
Sin duda que se trata de personas complicadas que lo sencillo lo transforman en un enredo. Así mismo transcurre su vida y su trabajo.
Lo más bonito de la vida es la sencillez. Si hay una cosa que no requieres mayor complicaciones, para que te empeñas en enredarte y enredar a otros.
Para este tipo de elementos una simple instrucción se le transforma en un laberinto. El problema es mental. Si tienes una mente confundida, así mismo serán tus actuaciones, desempeño y reacciones.
Esto me recuerda la época escolar, cuando algunos maestros buscaban los métodos más complicados para explicar una clase a los alumnos. Al final venía el desastre: los estudiantes no asimilaban nada de la materia.
En cambio, otro docente que explicaba lo mismo, pero con una metodología sencilla, conseguía con sus estudiantes comprendieran lo explicado en clases.
Así las cosas a esos que andan con los cables cruzados y que una tontería lo convierten en un pereque, lo mejor es que pueden hacer es despejar un poco esa mente y dejar de inventar complicaciones dónde no las hay
Los complicados no disfrutan de las cosas hermosas y sencillas que tiene la vida como el observar un atardecer, porque su mente se distrae buscando la quinta pata al gato. Pierden tiempo en tonterías que no tienen mayor importancia, elevan a la máxima potencia cualquiera tontería y al final del día se llevan a su almohada todas sus complicaciones sin resolver, para el día siguiente comenzar con la misma espiral.