El presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, miden fuerzas ante su debate televisado de hoy, el primero que se celebra en España desde 1993.
Hace 15 años fueron el socialista Felipe González, entonces jefe del Ejecutivo, y el conservador José María Aznar, quienes lograron reunir ante los televisores a más de 10 millones de personas, una cifra que podría superarse hoy, dada la expectación creada.
En la jornada de ayer, ambos renunciaron a las mítines vespertinos y se reunieron con sus colaboradores más cercanos para preparar el debate, que retransmitirán las principales cadenas de televisión a menos de dos semanas para los comicios generales del 9 de marzo.
Zapatero, según fuentes del Gobierno y del Partido Socialista (PSOE), se reunirá sólo una vez más con su equipo de asesores, tras lo cual pasará la mayor parte hoy en el palacio de la Moncloa repasando sus fichas, comiendo en familia y descansando.
El presidente del Gobierno no ha querido contar con un "sparring", al considerar que no tiene sentido ensayar con otra persona que interprete a Rajoy, según explicaron las fuentes.
Las fichas que repasará Zapatero contienen un mensaje principal y unos datos para apoyar sus argumentos, y sólo en algunos casos incluyen también una posible réplica a Rajoy, aunque Zapatero, dijeron las fuentes, no leerá en ningún momento durante el debate.
Tampoco va a plantear un debate a la defensiva ni se dedicará a responder al líder conservador, sino que tratará de transmitir sus propios mensajes y llevar la iniciativa.
SONDEOS
Las encuestas muestran hasta ahora una situación cercana al "empate técnico" y ofrecen resultados contradictorios en función de la orientación del medio de comunicación que las publique.
Así, dos periódicos de izquierda y de centro-izquierda ("Público" y "El País", respectivamente) afirmaron ayer que el PSOE sigue aumentando ligeramente su ventaja sobre el PP hasta los 4 puntos, mientras que el "ABC" (centro-derecha) indica que los socialistas reducen su ventaja en dos décimas hasta los 3 puntos.