Hoy, nuevamente los Ngäbe-Buglé se desplazarán hacia diversos puntos de la vía Interamericana, principalmente en el cruce de San Félix. A pesar de la promulgación de un Decreto que compromete al Gobierno a no explotar la minería en las comarcas y sobre todo en Cerro Colorado, la dirigencia indígena optó por la movilización y ahora el reclamo es la derogatoria de toda la reforma al Código Minero.
El panorama es confuso y preocupante. El Gobierno debe identificar a los verdaderos dirigentes en la comarca y entablar un diálogo. La realidad es que los indígenas desconocen a los caciques que han mantenido contactos con el Gobierno.
A diferencia de la cuestionable actuación policial en los sucesos de Changuinola, en esta ocasión los choques han sido en menor escala. La situación es algo explosiva y en los altos cargos del Gobierno y de los cuerpos de seguridad, así como de la Coordinadora Indígena, debe haber cabeza fría para no dar pie a enfrentamientos.
Si bien es cierto que el tema ambiental es una preocupación nacional e internacional, lo prudente es dejar que los integrantes de la comarca sean los que definan sus posiciones en una mesa con los representantes del Gobierno. Los Ngäbe-Buglé han demostrado que tienen gente preparada y con habilidad para negociar.
Ya hay una clara posición oficial de no explotar Cerro Colorado y -salvo el cuestionable artículo que permite la participación de otros Estados en concesiones mineras en Panamá- las reformas al Código Minero refuerzan el tema de la protección ambiental e incrementan las regalías al Estado.
"Ñagare Cerro Colorado", en eso todos estamos claros. Ahora lo que se impone es dialogar, a menos que existan otras intenciones que la mayoría de los panameños desconoce.