Sangre con SIDA: nuevas críticas
contra juicio a 3 ex ministros
París
AFP
A la lluvia de críticas
que cae sobre el proceso en París contra tres ex ministros por su
eventual culpa en transfusiones de sangre con SIDA se sumó este lunes
uno de los más influyentes sindicatos de magistrados de Francia.
El Sindicato de la Magistratura (SM) -de tendencia izquierdista y con
33 % de los votos en las últimas elecciones profesionales-- denunció
este lunes las condiciones del proceso a los tres ex ministros socialistas.
El Sindicato declaró que no critica que se les haga un proceso
--el proceso es "legítimo"-- sino que considera que "la
composición de la Corte hace planear el riesgo de un juicio parcial".
El sindicato de la Magistratura denuncia "la hostilidad" de
la Fiscalía a perseguir judicialmente a los acusados.
Para colmo, subraya, se ha imposibilitado a las víctimas constituirse
en partes civiles en este proceso.
Los acusados son el ex primer ministro socialista, Laurent Fabius, y
sus dos ministros Georgina Dufoix y Edmond Hervé.
Son perseguidos bajo la acusación de haber permitido que continuaran
en Francia, a mediados de 1985, las transfusiones sanguíneas a sabiendas
de que la sangre estaba contaminada con SIDA, para dar tiempo a un laboratorio
francés de lanzar al mercado un producto de detección del
SIDA en la sangre de los donadores, producto que ya existía pero
de fabricación norteamericana.
Más de 4.000 personas se contagiaron así con el SIDA y
cientos de ellas ya murieron.
Catorce años han transcurrido para arrastrar a los tribunales
a los ministros, quienes entretanto se beneficiaron de la creación
en 1993 de un tribunal especial para los políticos, la Corte de Justicia
de la República.
Esta Corte es criticada por estar formada por 12 políticos (seis
senadores y seis diputados) y sólo tres jueces profesionales, lo
que llevó a los críticos a afirmar que "los políticos
se juzgan entre ellos".
De más de 20 querellas, solamente siete fueron declaradas admisibles
y, peor aún, subrayan los críticos, a las víctimas
admitidas se les negó el derecho de constituirse en partes civiles
por lo cual sólo pueden ir al tribunal para declarar como "testigos".
La Corte es criticada desde distintos ángulos por la extremada
cortesía con que trata a los tres ex ministros acusados, a quienes
no hace preguntas embarazosas.
A la cortesía de los jueces se agrega que no hay abogados de
las víctimas que puedan intervenir activamente.
Y, lo que es más extraordinario, la Fiscalía --que depende
del gobierno-- ha hecho saber que considera que no hay que perseguir judicialmente
a los acusados y, en consecuencia, no acusa.
Por su parte, el Sindicato de la Magistratura, al unirse este lunes
a las acusaciones contra la Corte, protestó la ambigüedad del
procedimiento, los desvío del presidente de la Corte, las improvisaciones
y la dispersión de los procedimientos judiciales a los consejeros
y colaboradores de los ex ministros. Todo lo cual culmina con un "broche
de oro": las sentencias que va a dictar la Corte de Justicia de la
República serán inapelables.
La AFT, Asociación de víctimas de transfusiones con sangre,
que luchó infructuosamente para participar en este proceso, quedó
tan chocada por lo que está ocurriendo, que anunció el viernes
que se retiraba de esta "mascarada de justicia".

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