S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


inicio

al cierre

nacional

política

opinión

el pueblo habla

provincias

sport

el mundo

viva

sucesos

 

CRITICA
 
FAMILIA
  OPINIÓN


¿Quién es nuestro vecino?

Hermano Pablo | Reverendo

El enorme camión de 18 ruedas corría velozmente. De repente la parte trasera del camión rozó un pequeño vehículo, y éste, un furgón liviano, saltó de la carretera y cayó a un barranco de 25 metros de profundidad. Dentro del vehículo estaba una mujer paralítica que manejaba con aparatos especiales.

La mujer, Linda Myers, trató de pedir auxilio por medio de la radio en su vehículo. Durante horas estuvo haciendo llamadas de emergencia, y aunque muchos escucharon las llamadas, ninguno hizo caso.

Al fin de 14 largas horas, con desesperación ella clamó: «¡Señor, haz que alguien venga a socorrerme!». En ese momento otro camionero, que había oído su llamada, le respondió, y en seguida llamó, también por radio, a la Policía. Esa fue su salvación. El camionero y la Policía llegaron a su rescate. Linda pudo luego declarar: «Cuando toda comunicación humana falla, siempre queda Dios».

Este caso está lleno de interrogantes. En primer lugar, ¿cómo pudo ese chofer golpear un automóvil, por pequeño que fuera, sin advertir el accidente? Tampoco se explica el oído sordo de tantos otros choferes que oyeron el clamor de angustia de esa pobre mujer sin hacer caso alguno.

Es una indicación del egoísmo que existe hoy en el mundo. Nadie piensa en los demás. Pensamos sólo en nosotros mismos y en nuestros propios asuntos.

Jesucristo cuenta un caso similar. Un hombre, que iba de Jerusalén a Jericó, cayó entre ladrones que lo despojaron de todos sus bienes y lo dejaron herido de muerte. Pasó primero un rabino, y luego un levita, dos hombres de la religión del herido, pero siguieron su camino dejándolo desangrar.

Pasó, entonces, un samaritano. Este era un hombre de negocios. Él atendió al herido, llevándolo consigo y dejándolo al cuidado de un mesonero con estas palabras: «Cuídemelo, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva» (Lucas 10: 35).

¿Cuál es la lección? Que todos somos responsables de cuidar al herido. Este puede ser cualquier persona que está, simbólicamente hablando, tirada en el camino. Nuestro llamado debe ser salvar a ese herido.

Pidámosle a Dios un corazón compasivo. Nuestras acciones reflejarán lo que hay en nuestro corazón.




OTROS TITULARES

Asesinan a Malcolm X

Por los barrios

Comentarios

Hombre

Proyecto para conservación en Chepigana

¿Quién es nuestro vecino?

Aeropuerto en Río Hato

 


 

  





linea
linea gris
 

   copyright © 1995-2009, CRITICA EN LINEA
todos los derechos reservados