Corría el año 1924, los pobladores del barrio Hato Nuevo, en Caldera, Chiriquí, se dedicaban a la agricultura. Dividida por una quebrada y distanciadas por 300 brazas se ubicaban las casas de la víctima Luis Santamaría y su homicida Nicolás Quiel.
Santamaría, era agricultor, trabajaba en las cosechas de maíz y arroz, tenía cuatro hijos y su esposa María Dolores Guerra, de quien se rumoraba que mantenía un romance con Quiel, según consta en el expediente judicial
La noche del 21 de agosto de 1924, después de un temblor, y mientras Dolores acostaba al más pequeño de la prole, un perdigón de una escopeta dio muerte a Santamaría. Los que oyeron la detonación acudieron al lugar, y alegaron que vieron unas huellas de la casa del difunto a la de Quiel y sospecharon de éste, por lo que en compañía de un agente de la Policía que no estaba en servicio, fueron a buscarlo para entregarlo a las autoridades.
La gran mayoría de las personas que declararon ante las autoridades indicaron que Dolores Guerra y Nicolás Quiel eran amantes, que éste reconoció al ser indagado por segunda vez.
EL MÓVIL
Después que Quiel aceptara haberle disparado con su escopeta a Santamaría, dijo haber tenido vida marital con Guerra, y que cuando el finado salía él entraba a su casa. Incluso manifestó que ella lo "excitaba a matar" a su marido. Guerra negó todo.
Esto originó que las autoridades solicitaran un careo en el que el homicida mantuvo sus declaraciones y la viuda lo rechazó. Ambos fueron detenidos, sin embargo, el 1 de septiembre, dos compañeros de celda de Quiel cambiarían el giro de la historia. Eligio Acosta (detenido) afirmó que el sindicado le indicó que culpó a una mujer para poder salvarse, pero al no funcionarle pensaba hacer un memorial, donde quedara constancia de lo dicho. Lo mismo argumentó Lucas Lamboglia, agente judicial, de nacionalidad italiana, el otro compañero de celda.
LOS TESTIGOS
Una carta dirigida al Juez Segundo de Circuito de Chiriquí, Ismael Candanedo, por Prudencio Mojica, compadre del occiso, le señala que tiene datos que comprometen a Dolores Guerra como principal instigadora del crimen y que estaba dispuesto a declarar, y así lo hizo.
Mojica indicó en declaración jurada que su compadre le confesó la infidelidad de su mujer y que habían discutido por ello. El difunto pensaba en abandonarla por tal razón.
Agregó el testigo que Santamaría le había comunicado que temía por su vida. Otra declaración hundiría aún más a Quiel, se trataba de Manuel González, quien empleó en el pasado al susodicho y éste le hurtó un baúl y un caballo. Apuntó que en una ocasión Quiel le propuso que él mismo mataría al cuñado de González por 30 pesos.
El 26 de septiembre la Fiscalía del Juzgado Superior solicitó el juicio contra Nicolás Quiel y María Dolores Guerra por homicidio, conforme al expediente judicial de esta investigación.
En el juicio se le formularon preguntas a ambos sindicados, sin embargo, Quiel se opuso a responder. Posteriormente el tribunal de jurados absolvió a Guerra, y Quiel fue condenado a 20 años de prisión. |