OPINION


¿Un siglo? ¿Dos siglos? ¿500 años? ¿Cuántos?

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Por Raymundo Morre
Colaborador

"Los animales se reunieron en asamblea -no en nuestra legislativa, claro que no- y comenzaron a quejarse de que los humanos no hacían más que quitarles cosas:

  • Se llevan mi leche - dijo la vaca.

  • Se llevan mis huevos - dijo la gallina.

  • Se llevan mi carne y mi tocino - dijo el cerdo.

  • Me persiguen para llevarse mi grasa - dijo la ballena.

Y así, sucesivamente... Por fin habló la tortuga:

  • Yo tengo algo que les gustaría tener más que cualquier otra cosa; algo que ciertamente me arrebatarían si pudieran: ¡Tiempo!".

Y tiempo es lo que se nos está escapando como el agua entre los dedos, sin que podamos hacer nada para retenerlo. Tiempo también son los 100 años que pretendemos atrapar, porque se nos ha ido más rápido de lo que creíamos... tiempo y espacio con que los organizadores -gobierno y empresa privada- están buscando para exaltar, para conmemorar, el esperado Centenario (1903-2003), de vida republicana. Sin embargo...

El presente es tan sólo el preámbulo de una serie de tres (3) entregas que a futuro estaré brindando a ustedes, lectores amigos, con motivo, precisamente, de ese Centenario, sólo que lo mío no estará acompañado ni amenizado con acordeones, ni trompetas, ni guitarras, y muchos menos contoneos sensuales. Trataré, eso sí, hasta donde el tiempo y el espacio me lo permitan, poner sobre el tapete parte de esa historia patria que lastimosamente no se enseña en los colegios, porque los gobiernos no se han preocupado ni interesado que la ciudadanía conozca lo verdadero, lo real, de algunos hechos que fueron decisivos en la transformación política de nuestro país. Por ejemplo, la profesora (panameña), Anaís Morán Rovi, en su ensayo, "Panamá en el sumario de Gonzalo Fernández de Oviedo" (Revista Cultural Lotería No. 430, mayo-junio/2000, Pág. 38), cita al cronista e historiador español, Gonzalo Fernández de Oviedo, quien apunta (refiriéndose a las indígenas), "(...) que tienen muchas de ellas por costumbre que cuando se empreña n toman una yerba con la que luego mueven y lanzan la preñez (...) porque no quieren estar ocupadas para dejar sus placeres, ni empreñarse (porque) pariendo se les aflojan las tetas, de las cuales muchas se precian, y las tienen buenas...". Esta referencia, según la profesora Morán, data del "primer cuarto del siglo XVI".

Lo anterior es tan sólo una de las delicadas bellezas histórico-sociológicas que se esconden dentro de la revista como la citada, por lo que quisiera recomendar a la ciudadanía en general, pero a los estudiantes de un modo muy particular, que a partir del presente año, vayan adquiriendo el sano hábito de la lectura. Descubrirán que Panamá es mucho más que cien años de vida republicana.
¡Au Revoir!

 

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