OPINION

CUARTILLAS
Lamentar

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Por Milcíades Ortiz Jr.
Catedrático

Estaba lleno de deseos de gozar la vida loca de la juventud. El puestecito que tenía, le daba los reales suficientes para subsistir. Es cierto que había entrado a la universidad para ser un profesional, pero cada día se alejaba de esa meta. Decía que la vida "hay que vivirla ahora, que es joven para disfrutarla". Salió de la universidad y pasaron los años. Luego de veinte años, la juventud se había ido como agua entre los dedos de la mano. Ya no sabían igual las horas de parrandas con los "hinchi-pinche", varios de los cuales desaparecieron al casarse.

Seguía trabajando en puestos de tercera categoría porque no tenía título universitario para conseguir algo mejor. Entonces... comenzó a hablar mal de los universitarios y la "U". Cayó víctima del virus de la envidia, hacia quienes estaban por encima de él (o ella).

No podía comprender lo que dice la Biblia, "Uno cosecha lo que siembra". Nuestro personaje (real, por cierto) se había "farreado" su juventud y en la edad madura, pagaba por su falta de visión en el futuro: bajo salario, poca estima social, etc. Otro tanto ocurrió con una dama que no quiso estudiar una carrera. Cuando le llegó el escaso cheque de jubilación echó pestes contra todo el mundo, pero menos contra ella misma.

También se había gastado la juventud en juergas y diversiones. Su vida personal fue regular y nunca guardó dinero "para después". Ahora en la edad "madura" estaba amargada, criticando a todo el mundo, echándole la culpa de lo poco que tenía a los demás.

Es cierto que la juventud no razona y piensa que todo lo que hace es lo mejor. Cuando alguien mayor les da un consejo, le tuercen la boca pensando que está "anticuado", que no quiere que disfrute de la vida con esa radiante juventud que tiene.

Pero los años pasan más rápido que una ambulancia llena de heridos hacia un hospital. Cuando uno menos lo piensa está al borde de ser viejo, edad dorada, "maduro". Entonces pesarán como plomo los errores que se cometieron en la juventud... ¡los consejos que no se escucharon!

Lo peor de todo es que por lo general esos personajes no aceptan que ellos son los únicos culpables de lo que les ocurre. Es fácil echarle la culpa a otros, incluyendo al gobierno o sistema político que existe en su país, los parientes, etc.

¿Qué se puede hacer con estos individuos? Considero que no siempre es aconsejable criticarlos por el despilfarro que hicieron de su juventud. A lo mejor conviene más que se les oriente a tratar de conseguir una carrera tardía, con aquello que "nunca es tarde cuando la dicha llega" (o nunca es tarde para estudiar).

También deberán ellos aceptar sus limitaciones y adaptarse a vivir dentro de su situación, sin lamentarse tanto. No están de más algunos consejos de expertos en psicología, aunque no me extrañaría que no lo hagan, porque ellos casi nunca aceptan que hicieron mal.

A los jóvenes hay que insistirles que de las decisiones que tomen ahora dependerá la manera cómo vivirán sus últimos años... aunque les entre a varios por un oído y les salga por el otro.

 

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