 |
Un helicóptero sobrevuela el área del accidente.  |
El operativo militar, apoyado por el FBI, para recuperar a tres funcionarios estadounidenses, secuestrados el jueves pasado por las FARC luego de que el avión en que viajaban cayera a tierra, proseguía este martes en una vasta zona del sur de Colombia, mientras que los gobiernos de Washington y Bogotá mantienen silencio sobre el caso.
El avión de inteligencia de Estados Unidos, que volaba de Bogotá a una base militar en el extremo sur de Colombia, cayó a tierra en el sureño departamento del Caquetá, en medio de disparos de guerrilleros de las FARC, que asesinaron a dos de sus ocupantes y secuestraron a otros tres.
Las operaciones de búsqueda continuaban este martes en un área de unos 7.000 km2 entre los municipios de El Doncello, Montañita, Puerto Rico, el Paujil y Florencia -capital de Caquetá- en cuyas cercanías el jueves fue hallada incinerada la avioneta tipo Cessna y los cuerpos baleados de dos de sus ocupantes.
La intensidad de las operaciones de búsqueda contrasta con el hermetismo de los gobiernos colombiano y estadounidense sobre la suerte de los hombres en poder de las FARC.
Varios analistas han mostrado su preocupación sobre la forma como Estados Unidos -que en los últimos años ha tenido una presencia creciente en el conflicto colombiano- reaccionará al asesinato de uno de sus ciudadanos y el secuestro de otros tres. El sábado el comandante del Ejército colombiano, Carlos Alberto Ospina, descartó una intervención militar norteamericana. |