El mundo da tantas vueltas que los hechos imprevistos causan estragos y transformaciones para enfrentarlos. Una vez observadas al Presidente George Bush de Estados Unidos "hablando Español" el cinco de mayo, para ganarse el apoyo de la comunidad latinoamericana, y de repente, después del 11 de septiembre, aquella tierra al sur del Río Grande ya deja de ser prioritaria.
Esa relación social, cultural, política y económica entre Estados Unidos con el resto de la América Latina, es un hecho que algunos tratan de postergar, porque son otros los intereses financieros, o hasta a veces las relaciones influyentes de grupos élite del "Stablishment", los que marginan a nuestra región hispana.
Hace poco en Tokio, un alto responsable del Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que el fuerte crecimiento económico de los países en vías de desarrollo ayudará a la economía mundial a crecer en 2002, a pesar de una desaceleración mundial agravada por los efectos de los atentados del 11 setiembre, aunque parezca increíble.
El FMI pondera el crecimiento de cada país en función de su porcentaje en el Producto Interior Bruto (PIB) mundial. La tasa de cambio utilizada se basa en la paridad del poder adquisitivo.
Con el tiempo, los países en vías de desarrollo, particularmente a países como China, tendrán que llevar el mayor peso de la economía global. Mientras que la economía estadounidense bajará hasta el 0,7% en 2002, en comparación con el 1% del año pasado, el crecimiento en los países en vías de desarrollo pasará del 0,4% al 4,4%.
Las dificultades experimentadas por América Latina, en especial Argentina, han empeorado las perspectivas para el conjunto de los países pobres del hemisferio occidental.
El crecimiento de dichos países será del 1,7% en 2002, en comparación con el 1% de 2001. Los ataques terroristas en Estados Unidos, que acabaron de asestarle un mazazo a una economía mundial ya tambaleante, han retrasado las perspectivas de recuperación en seis meses, informó el FMI. Hay que poner atención en Europa y el Asia. La Zona Euro estácreciendo, mientras que Japón, Corea, China, Taiwan, Malaysia, India, Indonesia y Singapore, están incrementando sus niveles económicos.
Para América Latina, no hay otra alternativa que exportar y diversificar sus industrias, para adaptarse a los cambios. En el caso panameño, los servicios que ofrece la posición geográfica hay que aprovecharlos, mientras se incentiva otras ramas económicas para tener un salvavidas alterno frente al futuro.
El proyecto de la integración económica de las Américas es una idea muy postergada pues en el norte se dice que somos atrasados, sin preparaciones profesional o recursos humanos envidiables. Pero la verdad es que el mundo latinoamericano puede dar mucho más que inmigrantes ilegales que cruzan la frontera gringa, para trabajar con salarios baratos en plantaciones de Texas o California. |