La preparación cuaresmal data de finales del siglo IV, para efectos prácticos en el mundo cristiano se inicia el miércoles 6 de febrero, y culmina con la celebración de la Semana Mayor o Semana Santa del 16 al 23 de marzo de 2008.
En esta temporada se invita a los fieles a renovar sus corazones, ayudar a los necesitados, a mortificar nuestros apetitos y a llevar una vida espiritual de manera semejante a la forma llevada por los retiros de Moisés, Elías y Jesús en el desierto.
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión. Es tiempo para arrepentimos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
Durante este tiempo debe haber reflexión sobre las actuaciones negativas, volver sobre nuestra conciencia y rectificar. Sobre todo porque en la fiesta de Carnaval el pecado se apoderó de todos aquellos que se entregaron con sus actitudes a las pasiones mundanas.
La Enciclopedia Católica dice taxativamente: "Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos."
Debemos recordar que el número 40 nos recuerda los días del diluvio, los años de preparación de Moisés con Jetro y Dios, la marcha del pueblo judío, los días de Elías en el Monte Horeb, y los días de Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública.
Penitencia: Es decirle no al pecado, a todo aquello que infrinja los principios de Dios. Moderación, templanza y mesura, obliga a abstenerse de todo aquello que degrade o rebaje la dignidad de la persona, de todo lo que signifique desatino, torpezas y desproporcionadas ansias de poder, dejar a un lado las apetencias que arrastran a la avaricia, la pereza, la ira y el desmesurado afán de una vida muelle a costa del trabajo y del esfuerzo de otros. En la cuaresma el gobierno y los empresarios, deben se los mejores ejemplos.