Bueno, bueno, la discusión política tendrá como tema las reformas electorales presentadas por el Tribunal Electoral, consensuadas por la respectiva comisión integrada por partidos políticos y particulares.
Por cierto, una de las polémicas será la pretendida igualdad de género, imponiendo una cuota de 50% de mujeres, obligatoria en todos los cargos de elección popular, excepto presidente y vicepresidente de la República.
De paso, la discriminación de género se trata con otra discriminación; una desigualdad se impone con otra desigualdad, pues si la legitimación emana de la "voluntad popular", ello excluye la fijación impositiva de cuotas, ya que se trataría de decisiones restringidas que invalidan el voto directo.
La pretendida paridad no es representativa ni electa, se trata más bien de un nombramiento, pues la real representación legítima se da con la competitividad de un proceso electoral.
El sufragio significa libertad de elección, o sea que el elector tenga la oportunidad de escoger entre al menos dos opciones. Sin la abierta competencia no hay democracia.
Elegir es seleccionar, por medio de la voluntad, lo que consideramos adecuado entre varias opciones. La igualdad de género para ocupar cargos públicos no implica necesariamente el establecimiento de cupos, pues esto viola la igualdad del sufragio, estableciendo dos clases de elección: por voto y por sexo, lo cual pierde la relación entre elector y elegido que lo representa.
La igualdad de oportunidades tiene dos aspectos: a) igualdad de acceso: por el talento, preparación, capacidad y meritos, y b) igualdad de partida: iguales condiciones como postulación de un partido y liderazgo.
Cada quien, independientemente del género, tiene los mismos derechos políticos.
No es igualdad aritmética: lo mismo para todos. Eso es anarquismo. Es proporcional: a cada quien lo suyo, de acuerdo con sus posibilidades.
La igualdad es equivalencia, o sea que una persona, dentro de las mismas circunstancias y condición, es tratada de la misma manera que otra, sin imposiciones ni prerrogativas diferentes.
El establecimiento de cupos o cuotas es antidemocrático, pues rompe la igualdad de oportunidades de partida, suplantando el derecho al voto directo y personal.
En todo caso la mujer tiene derecho a elegir y ser elegida en iguales condiciones que el hombre.
Siendo la mitad del electorado, es la misma mujer quien bloquea a otra para cargos de elección, demostrando poca solidaridad de género.
Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.
